Somos muchos los que tenemos, hemos tenido o tendremos cálculos renales. Dicen las estadísticas que por encima del 15% de la población los ha padecido o los padecerá en algún momento de su vida. Expulsar un cálculo se suele decir que puede provocar un dolor similar a un parto sin epidural. Como es obvio, yo no he dado a luz, pero si he expulsado unos cuantos cálculos y puedo decir que he visto las estrellas por mucho que me han “chutado analgésicos de caballo”. Para las personas que tienen predisposición genética a la formación de cálculos renales (a veces no sé si eso de predisposición genética es el cajón desastre de “no sé porque continuamente tus riñones parecen una cantera”) nos vendría bien que apareciera algún tratamiento fiable y basado en la evidencia que impidiera, frenara y/o eliminara el desarrollo de las puñeteras (con perdón) piedras de riñón. No hace mucho empezamos a estar esperanzados con los avances en los estudios que nos dicen que el ácido hidroxicítrico (HCA) que está presente de forma natural en la corteza seca del Tamarindo Malabar o Garcinia Cambogia podrá convertirse en un medicamento eficaz contra los cálculos de oxalato cálcicoen un plazo relativamente corto.Está claro que la base de la solución de nuestros problemas es la más que mentada y últimamente vilipendiada I+D+i. Si no se invierte en investigación no puede haber avances científicos y por lo tanto no puede haber mejoras en los tratamientos de las enfermedades que padecemos. Añadido a esto se necesita que los profesionales tengan la formación adecuada para poner en práctica y usar los últimos avances sanitarios. Mención aparte son nuestros queridos gestores sanitarios que a veces parece que lo único que saben es acatar ordenes políticas y no mirar por el paciente… igual deberían volver a repasar lo que aprendieron en el máster gestión sanitaria y verían que el centro del sistema debe ser el paciente.Aparcando esta disertación sobre las carencias en cuanto a investigación y formación, volvamos al tema de los cálculos renales... Uno de los problemas es que hay varios tipos de cálculos renales y la inhibición de su desarrollo posiblemente sea distinta (cuando se desarrolle) debido a las claras diferencias químicas de unos litos a otros. En el caso que hemos comentado antes del Tamarindo inhibiría los cálculos de oxalato cálcico, que por cierto son los más extendidos. Todo esto hace que las investigaciones sean más complejas y dispersas a si solo existiera un tipo de cálculo. De todas maneras, recientemente ha habido un importante avance en este sentido. Un estudio dirigido (durante más de 15 años) por Dr. Fèlix Grases del Laboratorio de Investigación en Litiasis Renal de la Universitat de les Illes Balears, que ha publicado PLOS One, ha demostrado que la teobromina inhibe la formación de cristales de ácido úrico con lo que podría funcionar para evitar el desarrollo de los cálculos renales de ureato (entre un 10 y un 15% del total de los diagnosticados).Los cálculos de ácido úrico se forman cuando el pH de la orina es muy ácido (por debajo de un pH de 5,5, cuando el valor neutro es 7 en una escala que va de 1 a 14). Los tratamientos que existen actualmente alcalinizan (combaten la acidez) de la orina para disolver estas sales, pero entonces se corre el riesgo de que el pH pase de 6 y se creen piedras de fosfato, que son de las más difíciles de tratar y pueden provocar la calcificación del riñón. Con un aporte de teobromina este riesgo se evitaría, ya que su mecanismo de acción no consiste en alterar el grado de acidez (el pH de la orina), sino en impedir la formación de los cristales.Lo bueno del asunto es que la teobromina o xanteosa es un alcaloide que se encuentra en el cacao y por lo tanto en el chocolate. Su nombre deriva de Theobroma, el género al que pertenece el árbol de cacao. A su vez la palabra Theobroma proviene de las raíces griegastheo ("dios") y broma ("comida"), significando "comida de los dioses". El sufijo -ina es propio de alcaloides y compuestos que contienen nitrógeno.La conclusión en palabras literales de Dr. Grases es que "unos 20 gramos diarios de ingesta de chocolate negro podrían ser suficientes para evitar la litiasis úrica". El problema de esto serían los “efectos secundarios” de comer mucho chocolate, sobre todo para los que sufren de patología renal, ya que la mayoría de los afectados son diabéticos y obesos y les perjudicarían los glúcidos y oxalatos que contiene.El compuesto que ha sido patentado por la UIB como complemento dietético está siendo sometido a un estudio “doble ciego” con la colaboración del Servicio de Urología del Hospital de Manacor, dirigido por el Dr. Joan Benejam. La patente ha sido transferida a la empresa Devicare que lo incorporará a sus suplementos alimenticios de la línea Lit-Control®.