Hace unos años, visitando una exposición de Alexander Calder en La Fundación Miró, me sorprendió ver a un grupo de personas frente a una gran pantalla que reían como niños.
Nunca había visto algo así en un museo ni lo he vuelto a ver. El responsable de la fiesta era El Circo de Calder dirigido por el mismo autor. Un gustazo.