vía
Ya va a hacer dos años de mi "click" mental, el que lo cambió todo, y a raíz del cual, modifiqué mi modo de vida, bajando muy mucho el ritmo, pero hoy no os quiero hablar de éso, sino de que bajar el ritmo, implica que te empiezas a oír, y entonces, si te escuchas, si haces caso de lo que te dice tu cuerpo, de las señales que te manda, y de tu intuición, la vida te cambia aún más. Pero por supuesto, no creo que sea obligatorio bajar el ritmo o llevar una vida de tal o cual manera para poder escuchar a tu cuerpo, solo hace falta, conciencia de ti mismo. Lo explico con un caso muy claro: yo por ejemplo, en la menstruación o tras ella, mi cuerpo me pide ingerir carne roja (algo que de manera habitual, casi no como), lentejas, zumo de naranja y cosas así, ¿por qué?, pues yo antes no tenía ni idea, pero estos alimentos ayudan a recuperar el hierro perdido con las hemorragias, y la vitamina c ayuda a fijarlo. Otro ejemplo que seguro nos pasa a todos: los viernes, independientemente de las ganas de fiesta que tengas, acabas súper cansado de toda la semana y solo puedes pensar en no poner el reloj al día siguiente, y darle a tu cuerpo la cura de sueño y descanso que sea necesaria, ¿por qué?, porque te lo pide a gritos.Y estos dos casos, son algo muy físico, pero también está el caso mental, psíquico, espiritual o como deseéis decirlo. Por ejemplo, cuando os proponen un plan, un proyecto o conocéis a una persona. Se tiene o no se tiene feeling. Por supuesto, las primeras impresiones no son siempre válidas, pero éso que sientes en el estómago, ya te habla mucho, de si te apetece y te convence o no, verdad?
Y tú, ¿te escuchas?, te espero en comentarios y como siempre, en redes sociales.Mil besos y feliz finde.Mónica t.