El coleccionista de obsesiones en @Museo_Lazaro

Por Pilar
Diecisiete obras contemporáneas. Un museo abierto en 1951 donde se conservan más de 12.500 obras. Obras que conforman lo que podríamos llamar "una colección de colecciones" que aglutina las piezas que José Lázaro Galdiano atesoro hasta su muerte en 1947, llegando a ser el hombre más rico de España y destinando toda su fortuna a la compra de obras de arte.
Hablamos del Museo Lázaro Galdiano (Madrid) y de la exposición "El coleccionista de obsesiones" con obras de Bernardí Roig.

El título de la muestra no podría ser más acertado "El coleccionista de obsesiones", aludiendo a la titánica tarea que José Lázaro Galdiano y su mujer Paula Florido realizaron en vida y que plasmaron en el edificio que hoy acoge el museo y que anteriormente había sido su vivienda.


La obsesión por coleccionar basada en la obsesión por retener fragmentos de la memoria, momentos de épocas pasadas plasmados en objetos, en definitiva, añoranza del pasado a través de las piezas que forman la colección. Esa lucha, pasional por retener retazos del pasado también es la clave del trabajo del mallorquí Bernardí Roig, conocido por sus trabajos sobre la memoria y el deseo. El artista también es coleccionista, de representaciones plásticas, de ideas, de emociones que traslada a sus obras y, además, está obsesionado con ciertas temáticas en las que trabaja continuamente.


"El coleccionista de obsesiones" se compone de 17 obras (esculturas, dibujos, libro de luz, un molde, una película y un tablero de imágenes de su estudio) que persiguen una misma idea: alcanzar la luz de manera obsesiva para acabar convirtiéndose en obra. Estas obras de Bernardí están en diálogo con el resto de las piezas de la colección, se mezclan entre ellas conformando un laberinto perfectamente trazado por el comisario de la muestra, José Jiménez, incluso las obras situadas en el jardín o en el sótano se integran a la perfección con el entorno.


Cabe destacar esta relación entre la colección Lázaro Galdiano y las contemporáneas obras de Roig, que aparecen paralizadas en medio de su obsesivo camino, llevan la luz o se ciegan con ella, la buscan o la rehuyen, en este conflicto las capta Bernardí, por eso parece que en cualquier momento van a estallar, de rabia, de dolor, exhaustos por el peso de la luz o cegados por ella, retorcidos de dolor, oprimidos, sea como fuere, son seres que se muestran vulnerables a la par que trágicos.

Y es que a veces, el arte del pasado y el del presente no están tan alejados...
"Es verdad que una cabeza es solo una maquina de producir obsesiones, pero a la vez que solo produce obsesiones de forma totalmente obsesiva es incapaz de construir una canalización para esas obsesiones. Por ello no hacemos otra cosa que acumular montañas y cordilleras enteras de obsesiones que solo nos conducirán al estallido definitivo..." (Bernardí Roig, 2010).
Vídeo del montaje:

Si queréis disfrutar de esta magnífica exposición, podéis acercaros hasta el día 27 de mayo al Museo Lázaro Galdiano (Madrid).