Miéville nació en Willesden, un barrio de clase trabajadora al noroeste de Londres, donde ha vivido desde la infancia. Creció junto a su madre, que era profesora, y su hermana. Sus padres se separaron justo después de su nacimiento, de manera que Miéville suele decir que nunca ha conocido a su padre realmente. A los 18 años, en 1990, se marchó a Egipto, donde permaneció un año enseñando inglés. Allí desarrolló un creciente interés por la cultura árabe y la política de Oriente Medio.
Fuente: Wikipedia
Un mundo con multitud de razas, siendo la tierra (Bas-lag) en sí una amenaza. Una ciudad, Nueva Crobuzon, donde los ciudadanos están siendo reprimidos; los trabajadores explotados de una compañía de trenes dirán basta.
Los trabajadores del tren perpetuo que pretenden cruzar el continente avanzando lentamente mientras van tendiendo las vías, van dejando huella allí por donde pasan.
Asomarte a las páginas de un libro nuevo es una aventura, realmente no sabes que vas a encontrar. Quizás vayas precavido y te hayas informado antes, pero esto puede no ser suficiente. No es un libro sobre un argumento excelente, es de cómo las personas se relacionan entre ellas. Y las circunstancias que las llevan a actuar en los momentos adecuados con sus decisiones.
Quizás cometí el error de empezar a leer El Consejo de Hierro sin haber leído los otros libros que están ambientados en el mundo descrito por la mente de Miéville. En algunos momentos sentí que estaba en una fiesta a la cual no había sido invitado. Y con gente a mi alrededor que no sabía quienes eran. Puede ser que la forma de escribir del autor no me llegase, pero al final no he acabado de engancharme al libro. Es uno de esos libros que a pesar de esta leyéndolo, y aunque no sea insufrible, no lo disfrutas. Las páginas no avanzaban a un ritmo adecuado y la lectura se me hacía pesada por momentos. No quiero decir que sea un mal libro, aunque mis palabras hagan verlo. Ni mucho menos lo es. Lo más probable es que yo no haya conectado con Miéville, y mi mente no estuviese lo suficientemente clara como para disfrutar de su lectura. El libro tiene grandes momentos, otros menos. Pero cuando vivimos el flashback, es cuando el mundo creado en este libro llega a su apogeo. Ojalá hubiese sido todo así.
Creo que con el tiempo volveré a darle una oportunidad a China Miéville, pero a corto plazo no. Os dejo un adelanto del libro, cortesía de cyberdark.
Nota: 7/10
-Siempre puede ponerse peor...-