La variación en el estilo de vida y los cambios en nuestra dieta, dejando de lado el ideal mediterráneo e incluyendo una mayor cantidad de proteínas, ha hecho que se incremente el número de casos de pacientes con ácido úrico elevado y, como consecuencia también los de gota
Aunque éste no es el único factor de riesgo para padecer hiperuricemia –niveles elevados de ácido úrico en el organismo-, sí que se ha destacado su influencia en el incremento de casos que se está dando sobre todo en países desarrollados.
Éste es uno de los temas que se están tratando a lo largo del XXXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER) que se celebra hasta hoy en Tarragona y en el que se han dado cita cerca de 1.500 especialistas tanto nacionales como internacionales.
"La edad, el hecho de ser varón y la predisposición genética son factores que, unidos al estilo de vida, incrementan el riesgo de padecer hiperuricemia y a largo plazo posiblemente gota", explica la Dra. Estíbaliz Loza, de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología. "La fotografía del paciente con esta enfermedad reumática es la de un hombre con más de cuarenta años y que viene acompañado de obesidad, hipertensión arterial o dislipemias, todos ellos factores de riesgo cardiovascular, concluyesen que por el momento podamos demostrar que el ácido úrico elevado también lo sea".
La causa más común de hiperuricemia está directamente relacionada con los hábitos, y sobre todo con la comida, siendo provocada por una ingesta calórica excesiva y una dieta inadecuada. Según apunta el Prof. Eliseo Pascual, de la Sección de Reumatología del Hospital General Universitario de Alicante, "Se ha demostrado que una cantidad excesiva de cerveza puede provocar niveles altos de ácido úrico y, por lo tanto, de gota. Curiosamente el vino –en cantidades razonables- no influye en elevar estos valores".
Llegados a este punto, la hiperuricemia se produce porque se dificulta la eliminación a través de la vía renal del ácido úrico, lo que genera que se incremente su presencia en sangre.
--¿Mayor riesgo cardiovascular?
A lo largo de las últimas décadas son muchos los estudios e investigaciones que se han realizado alrededor de la hiperuricemia. Aunque en España no hay datos concretos, trabajos realizados en países de nuestro entorno, como el Reino Unido, indican que cerca del 20% de la población tendría este problema. "De todas formas, es complicado medir con exactitud estos datos y los porcentajes pueden variar dependiendo de cómo se haya recogido la información", apunta la Dra. Loza.
Tal es la variabilidad de las cifras que en países de la extensión y población de China, los distintos trabajos cifran que entre el 1,5 y el 40% de la población posee niveles elevados de ácido úrico.
Esta variación en la recogida de datos es lo que dificulta tanto su compilación como la posibilidad de obtener conclusiones válidas. "En el caso de la relación del incremento de los niveles de ácido úrico y el riesgo cardiovascular, por ejemplo, sí que existe una pequeña asociación entre ambos, pero no hemos podido encontrar una relación directa", indica la Dra. Loza. "En este sentido, deberemos seguir investigando hasta dar, si existe, con el mecanismo que provoca la enfermedad cardiovascular en este tipo de pacientes".
Las dificultades a la hora de comprobar el estado de estos pacientes también pueden llevar a la conclusión de que se trata una patología infradiagnosticada, ya que el incremento del ácido úrico no presenta síntomas como el dolor.
-Diagnóstico preciso y tratamiento eficaz de gota
Lo que sí que se ha demostrado es que los pacientes cuya hiperuricemia ya se ha transformado en gota, tienen un mayor riesgo de sufrir arteriosclerosis. "Al fin y al cabo se trata de una enfermedad que provoca una inflamación persistente debido a la formación de depósitos de cristales de urato en las articulaciones y estructuras próximas como consecuencia de una hiperuricemia", apunta el Prof. Pascual. "Esto es lo que hace que en pacientes gotosos se vea incrementada la probabilidad de enfermedades como el infarto de miocardio".
Mientras que el hecho de tener valores altos de ácido úrico en sangre puede ser totalmente asintomático y no es necesario que sea tratado, la gota se manifiesta con episodios de artritis súbitos e intensos. "Esto pone de manifiesto que en la gota el depósito de cristales es constante y que también está presente fuera de los ataques", indica el experto.
En este sentido, iniciar un tratamiento de forma precoz ayudaría a reducir el riesgo de que se desarrolle una enfermedad cardiovascular asociada a la gota. "Actualmente los reumatólogos somos capaces de diagnosticar de forma muy precisa e inequívoca esta enfermedad a través de la identificación de cristales de urato en el líquido articular", precisa el Prof. Pascual. "Una vez llegado a este punto, el objetivo del tratamiento eficaz no es otro que disolver estos cristales a través de terapias farmacológicas que reduzcan los niveles de ácido úrico en sangre. En procesos gotosos de menos de 10 años de duración, el tiempo de eliminación de estos cristales es de alrededor de un año".
De todas formas, en algunos casos nos encontramos ante un tratamiento a largo plazo, aun habiendo conseguido la disolución de estos cristales, para mantener valores reducidos y controlados de ácido úrico en sangre y evitar así futuros ataques. Esto se puede llevar a cabo gracias a distintos fármacos, pero también perdiendo peso y disminuyendo la ingesta de calorías.