Existe el copago normal (aplicado a servicios o medicamentos), el copago inverso y el copago ruin (que comenta Vicente Baos en su blog). Cobrar 5 euros al día en un hospital por un sillón reclinable para acompañantes es abandonar la naturaleza humana y cambiarla por un mercantilismo cutre y torticero que se aprovecha de los momentos de debilidad para hacer caja (mísera, eso sí).Un directivo sanitario y un político saben perfectamente que medidas tomar para reducir el deficit del presupuesto anual, la mayoría de ellas relacionadas con la reducción del gasto sanitario superfluo. Y no hablamos sólo de la desinversión basada en la evidencia, sino del control racional de pruebas diagnósticas, de la desprescripción, de la reducción de precios con proveedores asociada al consumo y de la desfinanciación de medicamentos que no sirven de nada. Pero implica pelear con grandes empresas, con jefes de servicio (que tienen más poder que muchos gerentes), con estructuras de poder implantadas desde hace decadas...Cobrar por el sillón no suele ir asociado a presiones institucionales (de esas que vienen de arriba), quitar un medicamento del circuito de la financiación pública (o criticar su uso) puede salir caro. Quizás ahora los circuitos 2.0 (junto a la revista cafeambllet que de sanidad sabe mucho) puedan conseguir que este nuevo tipo de copago desaparezca y que el miedo al poderoso también se disipe para hacer una gestión basada en la evidencia (y en el sentido común) de una vez por todas.