Investigadores del Instituto Hubrecht en Utrecht, el Centro
Médico de la Universidad de Ámsterdam, la École Normale Supérieure (ENS) de
Lyon y el Instituto Francis Crick de Londres, se centraron en la función
celular del corazón, generaron un mapa 'célula por célula' de todas las células
cardíacas en división antes y después de un infarto de miocardio utilizando
tecnologías moleculares y genéticas avanzadas. El estudio estableció que muchas
células se dividen al dañarse el corazón, pero ninguna es capaz de generar
nuevo músculo cardíaco. Las células que antes se denominaban células madre
cardíaca producen vasos sanguíneos o células inmunitarias, pero nunca músculo
del corazón. Por lo tanto, las células madre del corazón no existen. En otras
palabras, el músculo cardíaco que se pierde debido a un ataque cardíaco no se
puede reemplazar. Las células del tejido
conectivo (fibroblastos) que se entremezclan con las células del músculo
cardíaco responden vigorosamente a un infarto de miocardio. Al hacerlo,
producen tejido cicatricial que reemplaza al músculo cardíaco perdido. Este
tejido cicatricial no contiene músculo y por lo tanto, no contribuye a la
función de bombeo del corazón, la cicatriz fibrótica solo mantiene unida el área infartada. De
hecho, cuando se bloquea la formación del tejido cicatricial, los ratones
sucumben a la ruptura cardíaca aguda. El estudio se publicó en las Actas de la
Academia Nacional de Ciencias ( PNAS ).