El delirio de Jimbo Phillips

Por Bill Jimenez @billjimenez

Lo que más me fascina de la escena artística californiana es su capacidad para mezclar (sin que por ello repercuta su autenticidad) la bajeza épica del punk y los excesos comerciales del mainstream. En muchos casos, el artista se vuelve marca y sus obras iconos que ilustran toda superficie de consumo.

Jimbo Phillips es un buen ejemplo: artista e hijo de artista (Jim Phillips), un padre que ya había saboreado las mieles de la industria diseñando el mítico logo “Screaming Hand” de Santa Cruz. Y, naturalmente, de tal palo tal astilla, porque Jimbo lleva desde los 18 años en el negocio, primero echando una mano a su progenitor y, no mucho después, trabajando él solo para clientes de la talla de Santa Cruz Skateboards-Surfboards, Fox Racing y Fat Wreck Chords. Suyos son algunos de los posters más emblemáticos del punk y el metal de los noventa, destacando sus colaboraciones con Blink 182 y D.O.A.

Su estilo (para los que viven de algo más que de buenos currículos) bebe de la iconografía del underground de los años cincuenta y sesenta, aparte de contar con un componente pop y delirante que quizá esté muy visto pero que, en su caso, al ser un pioneros a la hora de aunarlo, esté más que justificado. En cualquier caso, el Sr. Phillips es un tipo de indudable talento y hoy jueves visitará Barcelona en un evento organizado por la gente de Vice y Volcom. El escenario, la La Jaula Abierta (c/ Nou de Sant Francesc, 4), una sala en la que los trabajos de Jimbo tendrán por banda sonora la música de The Mentals. Un colofón muy punk y artie.