Si no pudisteis seguirlo en directo, aquí tenéis lo mejor del desfile de Pronovias, con la participación estelar de Karolina Kurkova, que abrió por todo lo alto este show que festejaba el 50 aniversario de la firma nupcial.
Detalles de su vestidazo.
Siempre he dicho que jamás jamás jamás me casaría. Al menos, no con todo el paripé del vestido blanco (vergüenza…) y la marcha hacia el altar bajo la atenta mirada de amigos y familiares reunidos en una sala (¡pánico!). Demasiados argumentos negativos en mi lista mental de pros y contras que sólo tiene a favor el poder hacerme con un vestidazo. Y es que, cuando veo un vestido de novia bien trabajado… ¡mue-ro! Y desearía casarme 50 veces para no tener que escoger solo uno…
Aunque si me hacéis elegir (pistola en mano) me quedaría con este. ¿En serio tengo que encontrar marido para poder lucir este vestidazo?
Ayer, viendo desfilar una a una las propuestas bridal de Pronovias, tuve una epifanía y descubrí el porqué nos pasa esto (venga, no me diréis que soy la única que quisiera casarse 50 veces para llevar, en cada ocasión, un vestido diferente). La moda nupcial es lo más cercano que tenemos (y tendremos) el común de los mortales a la Alta Costura que forma parte del cotidiano de algunos privilegiados. En nuestro día, nos concedemos ese capricho: un vestido rico en detalles, trabajado y cuidado a mano que, además, nos adaptan perfectamente para que encaje como un guante a nuestras mediadas. Y la gracia de Pronovias es que tiene ofertas para todos los gustos:
Para novias clásicas…
Novias couture…
Novias minimal…
Románticas, sexys…
Y hasta novias #ChanelDallas
Sí quiero, sí quiero y sí quiero… tooo-do. ¡Un aplauso bien merecido a las petites mains del Atelier Pronovias!
¡Y un aplauso también a nuestro fotógrafo Victor Puig por haber captado estas fotazos!