También, esta fiesta popular tiene un origen pagano que nació en la Edad Media, cuando durante este día, preludio del Carnaval, el desenfreno y el jolgorio eran los protagonistas, ya que todo estaba permitido y la culpa no recaía en nadie.
Hoy en día, la fiesta tiene un sentido pagano, en el que las personas se hacen bromas y engaños. Una de las bromas más conocidas son las mazas, que la mayoría de las veces son unos muñecos de papel que se enganchan en la espalda de alguien en señal de burla.
Este día también es costumbre que los medios de comunicación publiquen una noticia falsa e inverosímil, que los lectores tienen que averiguar. Al día siguiente, los medios de comunicación desvelan cuál era la noticia errónea.
Las tecnologías van avanzando y hoy en día están muy de moda otras inocentadas como las llamadas telefónicas y los mensajes a móvil haciéndose pasar por otra persona que gastan una broma al inocente.
Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias sorprendentes, que van desde las que son una obvia pasadera de guasa, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido.
El día de los inocentes es contado desde las 12 de la noche del día 27 de diciembre hasta las 12 de la noche del día siguiente 28. Esta tradición se vive en todo el mundo hispanohablante.
Ana Hidalgo