La película denuncia la falta de compromiso por parte del gobierno de los Estados Unidos en los temas referentes a la protección del ambiente, y la forma en la que este se convierte en uno de los principales responsables de los problemas ambientales, pues de ellos depende en gran medida el desarrollo y puesta en práctica de medidas que ayuden a la conservación del planeta. Sin embargo, no expone las causas del calentamiento global, ni presenta soluciones para el problema más allá de decir que los gobernantes deben preocuparse más por la conservación de la tierra.
No obstante, al mostrarnos las terribles consecuencias que puede traer el desinterés por la protección del ambiente, nos invita a pensar al respecto e investigar acerca del tema. Todos juntos, con pequeños aportes por parte de cada uno, podemos ayudar a prevenir el calentamiento global con sencillas acciones como reciclar, educar en ecología, reducir el consumo energético, disminuir el uso de automóviles e incluso plantar árboles, y en el caso de las grandes compañías, potenciar las energías renovables, reducir la producción de gases industriales, etc.
Una escena que determina el problema se puede observar en el final de la película: Nueva York y el resto del Norte de América queda totalmente en hielo. Durante la cinta, diversas escenas jugaron con el hilo emocional. Entre ellas encontramos el tornado que destruyó la ciudad de Los Ángeles; la inundación (y luego congelación) de la ciudad de Nueva York, que después de pasar el ojo del huracán, quedaría sumergida en el frío eterno; la muerte de quienes intentaron ir al sur del planeta; las vistas satelitales de La Tierra; los constantes métodos de supervivencia que ejercían los personajes y, finalmente, el rescate de los ciudadanos atrapados en Manhattan.
La película expone muchas de las diversas consecuencias que puede causar el desinterés y la destrucción masiva ecológica que se está dando en el planeta. Como ya hemos mencionado, denuncia la falta de compromiso por parte del gobierno de los Estados Unidos en torno a los problemas ambientales, pues, nosotros, los ciudadanos, somos los principales responsables del cambio global. No obstante, la participación y preocupación de los líderes políticos es fundamental: de ellos dependemos política y económicamente para llevar a cabo planes de protección ambiental.
Sin embargo, podemos reducir estos problemas ayudando a limpiar playas, colocando los desechos humanos en sus respectivos conteiner reciclables, promover más el uso de bicicletas para disminuir la contaminación que generan los autos, reducir el consumo hídrico y energético… Probablemente no son acciones que erradicarán el problema, pero las pequeñas acciones son importantes.