Cuando colgó el teléfono, todo su mundo había cambiado. Los problemas con los niños, el agobio del trabajo, la discusión de hacía una hora con el jefe...todo lo que hasta el momento en el que sonó el timbre de llamada le había parecido importante, había dejado de serlo. Como si el mundo se hubiera detenido en una foto en blanco y negro. Se quedó quieta, con los ojos muy abiertos, en medio del pasillo lleno de gente. Inmóvil hasta que la sonrisa de su amiga la despertó. - ¿Qué te pasa? - le preguntó. Y ella, con las palabras del diagnóstico resonando aún en el oído, la abrazó y se echó a llorar.
Cuando colgó el teléfono, todo su mundo había cambiado. Los problemas con los niños, el agobio del trabajo, la discusión de hacía una hora con el jefe...todo lo que hasta el momento en el que sonó el timbre de llamada le había parecido importante, había dejado de serlo. Como si el mundo se hubiera detenido en una foto en blanco y negro. Se quedó quieta, con los ojos muy abiertos, en medio del pasillo lleno de gente. Inmóvil hasta que la sonrisa de su amiga la despertó. - ¿Qué te pasa? - le preguntó. Y ella, con las palabras del diagnóstico resonando aún en el oído, la abrazó y se echó a llorar.