El cáncer de ovario es el tumor ginecológico que más mortalidad produce en España, fundamentalmente porque en la mayoría de casos se detecta cuando la enfermedad está avanzada. De hecho, su diagnóstico precoz permitiría la supervivencia en más de un 80 por ciento de los casos.
Así lo ha asegurado el presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO), Andrés Poveda, con motivo de la octava edición del “International Symposium Advanced Ovarian Cancer: Optimal Therapy”, celebrado estos días en Valencia.
"Cuando la enfermedad está avanzada el porcentaje de supervivencia es de poco más del 50 por ciento, mientras que en estadios iniciales la curación se da en más de un 80 por ciento de estos pacientes", ha asegurado el Dr. Poveda reclamando por ello la aparición de biomarcadores que permitan detectar estos tumores "antes de que sean clínicamente evidentes".
El problema, según reconoce el doctor Poveda, es que sólo un tercio de estos tumores se diagnostica en estadios iniciales y "normalmente son hallazgos casuales", bien por una cirugías por otra causa, un dolor abdominal o un apéndice.
Así, insiste, "la pelea está en encontrar alteraciones de las proteínas o de los genes que pudieran empezar a detectarse en sangre", como sucede con otros tumores en mama o cuello de útero, que advirtiesen de que "se está produciendo un cambio que todavía es curable".
En este sentido, hay estudios en mujeres que se sometieron a una extirpación de ovarios profiláctica por alto riesgo de cáncer hereditario en las que se han encontraron "tumores pequeños e indetectables", sobre los que ahora se está trabajando para ver si los cambios genéticos detectados pueden ayudar a predecir el diagnóstico precoz de este tumor.
Hasta entonces, habrá que apostar por estrategias de detección precoz mediante el uso de ultrasonografía y el análisis de algunos marcadores en sangre a partir de la menopausia, para así mejorar el pronóstico de estas mujeres.
-Los tratamientos también mejoran
"La manera más radical de aumentar la supervivencia es el diagnóstico precoz", insiste este experto, reconociendo no obstante que los nuevos tratamientos también están colaborando en el cambio del pronóstico de estos tumores.
En este sentido, el doctor Poveda ha destacado de que "se ha pasado la época de la quimioterapia empírica a la identificación de subgrupos y biomarcadores", que han permitido desarrollar "tratamientos más específicos y personalizados".
Así, y aunque reconoce que "la quimioterapia sigue siendo necesaria", los nuevos fármacos antiangiogénicos permiten aumentar el tiempo libre de recaída al tiempo que se reduce la toxicidad, lo que "afecta al estado general" de los pacientes.
**Publicado en "Médicos y pacientes"