El don de curar a los demas

Por Camilo Camilo Acosta @camiloacos

Si eres una persona Sanadora es probable que las siguientes señales te ayuden a descubrir tu don.

  • Sientes empatía extrema al punto de sentir las emociones y experiencias a nivel físico, con sensaciones en el cuerpo de opresión o hasta de dolor.
  • Muchos te dicen que se sienten reconfortados y relajados cuando pasan tiempo contigo.
  • Las personas a tu alrededor raramente enferman.
  • A veces tienes problemas de cambios de humor repentinos y muy marcados.
  • Sueles pensar en cómo solucionar la vida de los demás.
  • Tienes un fuerte deseo de ayudar a otros, muchas veces a costa de tu propio beneficio o necesidades.
  • Trabajas en algo relacionado con la salud: psicología, medicina, terapia ocupacional, acompañamiento terapéutico, counseling, quiropraxia, o demás.
  • Tienes una historia de sanadores en tu familia. Tus padres, hermanos, abuelos, bisabuelos, etc… están o han estado relacionados con el arte de curar o con alguna profesión afín.
  • Con frecuencia experimentas un estado exaltado de conciencia en lugares públicos (como “mariposas en el estómago” o dificultad para respirar).
  • Entras en una habitación y percibes de inmediato si allí ha habido alguna situación de pelea o desacuerdo antes de que tú entraras.
  • Eres aquella persona que busca la gente para consuelo en tiempos difíciles o resolución de problemas y tú siempre ayudas en esos casos.
  • Sientes que los demás te depositan sus problemas para que tú se los resuelvas.
  • Con frecuencia llegas hasta el cansancio al final del día, especialmente aquellos días en los cuales has interactuado mucho socialmente.
  • Sientes que tienes una afinidad especial con los animales.
  • Los niños pequeños y los animales siempre se te acercan, aunque sean tímidos con otras personas, a ti se te arriman.
  • Personas que no conoces te cuentan su vida entera sin que hayas preguntado nada.
  • Los demás te piden que les rasques la espalda o los hombros y eres buena persona para dar masajes.
  • Te gusta asegurarte de que los demás se sientan cómodos cuando te visitan en tu casa.
  • Muchas veces te sientes con sobrecargo por la cantidad de compromisos que has tomado para ayudar a otros.
  • Sueles sentir dolor de hombros y de cuello.
  • Tus amigos y compañeros de trabajo suelen consultarte respecto de decisiones a tomar relacionadas con el amor o con sus nuevos proyectos.
  • Prefieres hacer ejercicios físicos al aire libre: caminar, correr, hacer contacto con la naturaleza, ya que sientes la necesidad de respirar el aire puro para relajarte y cargarte de fuerzas.
  • Te interesan los temas relacionados con la espiritualidad y las terapias de sanación.
  • Muchas veces sientes pinchazos, picazón o ardor en las palmas de tus manos.
  • Con frecuencia experimentas dolores de cabeza o problemas digestivos.

Si te has identificado  con más de la mitad, eres una persona sanadora. Lo que hagas con tu talento natural queda en tus manos. La elección de darle cauce o no depende de ti. Cierto es que tienes el don y el mundo te necesita. Si decides darle la espalda eso tiene sus consecuencias también.

Todo talento no desarrollado genera detrimento. Bien desarrollado abre tu camino hacia una ampliación de consciencia y hacia tu autorrealización.

Al fin de cuentas venimos a este mundo a entregarnos, a regalar nuestros talentos en beneficio de la humanidad. ¿Qué esperas para escucharte?

Fuente: sabervivirmejor.com