El estudio, publicado en la edición actual de Journal of Pediatrics, muestra por primera vez que los niños con TDAH pueden suprimir o alejar mejor las distracciones y concentrarse en una tarea después de una sesión de ejercicio. Los científicos dicen que tal “control inhibitorio” es el principal desafío que enfrentan las personas con este trastorno.
“Esto proporciona una primera evidencia de que el ejercicio puede ser una herramienta en nuestro tratamiento no farmacéutico del TDAH”, dijo Matthew Pontifex, profesor asistente de kinesiología en la Universidad Estatal de Michigan, quien dirigió el estudio. “Tal vez el primer curso de acción que recomendaríamos a los psicólogos del desarrollo sería aumentar la actividad física de los niños.”
Mientras que los medicamentos han demostrado ser muy efectivos en el tratamiento del TDAH, un número creciente de padres y médicos se preocupan por los efectos secundarios y costos de los medicamentos.
En el estudio, Pontifex y sus colegas pidieron a 40 niños de 8 a 10 años, la mitad de los cuales tenían TDAH, que pasen 20 minutos: caminando rápidamente en una caminadora o leyendo sentados. Luego, los niños fueron evaluados con una breve lectura de comprensión y un examen de matemáticas similares a las pruebas más estandarizadas. También jugaron un juego simple de computadora en el que tenían que pasar por alto los estímulos visuales para determinar rápidamente en qué dirección estaba nadando el dibujo de un pez.
Los resultados mostraron que todos los niños obtuvieron mejores resultados en las dos pruebas después de haber ejercitado. En el juego de computadora, las personas con TDAH también fueron más capaces de ir más lento después de cometer un error para evitar repetirlo – un desafío particular para las personas con este trastorno.
Pontifex dijo que los hallazgos apoyan las convocatorias para más actividad física durante el día escolar. Otros investigadores han encontrado que los niños con TDAH tienen menos probabilidades de ser físicamente activos o de jugar deportes organizados. El presente estudio connota la necesidad de que los programas escolares sean más equilibrados atendiendo a estas evidencias ya que se han demostrados los beneficios del ejercicio físico también en otros trastornos, como los del espectro autista.
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Pontifex realizó el estudio para su tesis doctoral en la Universidad de Illinois antes de unirse a la facultad de la Universidad Estatal de Michigan. Entre sus co-investigadores se encuentran su asesor, el profesor de kinesiología Charles Hillman, y Daniel Picchietti, pediatra en el Hospital Carle Foundation en Champaign, Illinois. La investigación fue financiada por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano.
Fuente: Michigan State University; Science Daily.