En el último post os presentaba un poco por encima a Will Marsala. Hace apenas unos meses que conocí su trabajo, pero me declaro muy fan. Me encanta ese estilo tan cuidado sin dejar de ser espontáneo, la luz tan bonita que tienen sus imágenes y la forma en que parece captar la personalidad de la pareja en cada reportaje. Se nota cuando alguien pone toda su pasión en su trabajo, porque el resultado habla solo. Las fotos son lo único que os va a quedar una vez pasada la boda, lo que os ayudará a revivir una y otra vez todos los pequeños detalles que tanto tiempo lleváis preparando, e incluso momentos que os perdisteis: tu novio esperando impaciente a que llegues, la reacción de los invitados cuando os dais el primer beso, ese invitado que lo dio todo en el baile…
Así que si estáis buscando un gran fotógrafo (o simplemente sois bodafans) no dejéis de disfrutar del trabajo de Will Marsala.
Un elopement viene del verbo en inglés “To elope”, es una fuga en toda regla. Literalmente significa huir y no volver al punto de origen. Más específicamente se refiere a la fuga de un matrimonio celebrado de forma repentina y secreta. Núria y Álvaro quisieron darse a la fuga en las playas de la Costa Brava, y viendo estas preciosas fotos de Will Marsala, me dan ganas de fugarme yo también
Hoy es Núria la que nos cuenta el por qué de una boda tan especial.
“En nuestro caso, quisimos hacer una boda elopement después de una boda “normal” de 200 personas. Lo hicimos justo a los 6 meses de casados y fue como una especie de celebración intima. Siempre me había querido casar en la playa y como nos casamos en la montaña, mi sueño tenía que hacerse realidad. Fue un momento súper mágico y lo pasamos de maravilla.
Para hacer mi sueño realidad escogí el Hotel Vistabella, situado en Roses (Costa Brava). Me cambié en una de las suites Penthouse con impresionantes vistas al mar.
Estaba claro que aunque fuera algo muy íntimo lo que no podía faltar de ninguna de las maneras era un buen fotógrafo y sin duda escogimos a Will Marsala. Sus fotos nos dejaron sin aliento.
Para el gran día me puse un vestido romántico y caído de Inuñez y una espectacular corona de flores azules de Mimoki. Aposté por un maquillaje suave y el pelo suelo con ondas. Del maquillaje y peluquería se encargó Backstage Barcelona. Quería algo súper playero y natural.
Para el ramo de novia quería un ramo de paniculata que hiciera juego con todo el arte floral que acompañaba a todos los detallitos de la boda. Del arte floral se encargó la floristería Frèsia Mataró.
Para mí lo más importante fueron los detallitos Handmade que nos hizo el equipo de El mundo de Cucún. Queríamos algo muy marítimo, especial y diferente. Desde una invitación que podíamos lanzar al mar, hasta un centro de mesa con una pecera y un pez dentro, dos caballitos de mar para brindar con nuestras copas, un marco para colgar deseos, el seating plan y hasta los detallitos para los poquísimos invitados que había.
Hacer una boda elopement es algo que sin duda recomiendo porque es un momento único para los dos y sientes la emoción del primer día pero con menos miradas centradas en ti. Es un momento donde puedes estar con tu marido a solas o con vuestros más allegados pasando un día o una noche increíble y llena de magia.”
Detalles Handmade: El mundo de Cucún
Hotel: Hotel Vistabella
Fotógrafo: Will Marsala
Peluquería y maquillaje: Backstage Barcelona
Tocado: Mimoki
Vestido: Isabel Núñez
Arte floral: Floristeria Frèsia Mataró