El encuentro en José C. Paz

Por Archivo De Autos
La hora fijada era 8 y media de la mañana del domingo 11 de septiembre, Día del Maestro, en la puerta del taller de Víctor Caputo, un amigo fierrero de años. Ahí nos juntaríamos algunos amigos para ir al hipermercado Coto en José C. Paz al encuentro anual organizado por la Asociación Talleristas del Automotor y Afines Paceña (ATAAP).

Llegando al lugar de partida de la caravana.


La idea era darle una mano al comedor “El Lucero” de Sol y Verde, una localidad del partido de José C. Paz. Así fue como Jorge Gutiérrez y Norberto Racciatti fueron las cabezas visibles de esta organización. Pero no fueron los únicos que pusieron el hombro para que todo saliera bien.

Los autos ya acomodados en el Coto de José C. Paz.

Allí, en el taller de mi amigo Víctor, ya estaba esperándonos Jorge Ingolingo con su Messerschmitt que ha pasado a ser una leyenda en las calles de San Miguel y alrededores. Los hijos de Víctor, Emanuel y Fabián, se encargaron de llevar uno de sus autos para ser expuestos en la playa de estacionamiento de Coto, frente a las vías del ferrocarril San Martín.

Más autos de los primeros en llegar: Auto Union 1000 s y Ford A.

Partimos en caravana con bocinazos y saludos, como siempre pasa en este tipo de salidas. En especial de muchos peatones sorprendidos de ver esos autos en la calle un domingo temprano por la mañana. También pasaba lo mismo desde otros automóviles mucho más modernos. Alzando las manos o haciendo sonar sus bocinas. Y todos, pero todos, alegres de vernos pasar.

Los autos estacionados y detrás la calle Fray Butler.

El viaje, esta vez, era cortito como patada de chancho. De paso acompañamos a César Caputo, hermano de Víctor, que iba hacia una fiesta de casamiento con un viejo Chevrolet de 1929. Más tarde vendría al encuentro organizado por ATAAP.

Kaiser Carabela y Vauxhall Victor.

Llegamos temprano para ayudar a acomodar los autos que se expondrían desde las 10 horas hasta caer la tarde a las 18 horas. Ya estaban organizando todo Jorge Gutiérrez y Norberto Racciatti. Acá hay que destacar la invalorable colaboración de las esposas de ambos organizadores.

Algunas de la cupecitas del TC que se acercaron.

Todos dimos una mano para poner banderas, sogas, carteles o lo que fuera necesario para que el encuentro saliera bien. Una excelente ayuda vino de parte del clima que nos regaló un día primaveral. Nada parecido a una semana atrás en Los Cardales, donde el frío fue el rey.

Otra vista de los viejos TC del Ayer.

De a poco comenzaron a llegar amigos fierreros convocados que no tienen el menor reparo en acercar sus autos cuando se trata de un encuentro solidario. Así llegó, casi pisándonos los talones, Norberto Núñez, con su Auto Union 1000 S. A veces la tecnología no sirve. Me había estado llamando al celular para saber dónde estábamos y ya la caravana había partido desde el taller de Víctor. El aviso nos llegó como media hora más tarde a ambos teléfonos…

Integrantes del Auto Club Clásicos San Miguel.

Jorge Navill trajo su Kaiser Carabela y lo acompañó un Vauxhall Victor de su yerno Jorge Tassara. Al rato otro amigo fierrero acercó su Peugeot 403, Marcelo Vilches. El mismo que cubrió la Ruta 40 entre las ciudades de Ushuaia y La Quiaca en enero de este año. Pasó por 14 provincias y recorrió 8.000 kilómetros durante 17 días de marcha ininterrumpida con su hijo y dos amigos.

Más autos del Auto Club Clásicos San Miguel.

Otra persona que conocí ese domingo en José C. Paz fue a Fernando Campos que trajo su Fiat 600 para exponer junto a los demás autos. Un conocido de mi padre desde hace tiempo y que por un motivo u otro no lográbamos unirnos en un encuentro. Se dio en este solidario que organizó ATAAP y seguro no será la única vez que estemos juntos.

Dos contemporáneos: Rambler Classic y Peugeot 403.

También el Auto Club Clásicos San Miguel se acercó, con varios de sus integrantes, para colaborar al mando de Daniel Cortesi. Varios conocidos de rodar en encuentros en distintas partes del Gran Buenos Aires. Algunos autos de particulares de la zona se acercaron para aportar su granito de arena, que en definitiva conforman la playa de la solidaridad.

A la izquierda Jorge Gutiérrez de la ATAAP entrevistando a Marcelo Vilches.

La idea primordial era brindarle la ayuda a María Sandoval, una jubilada, que junto a su esposo, dan de comer a unos 60 chicos los días domingos y feriados cuando permanece cerrado el comedor de la escuela de la zona del Barrio Sol y Verde, que pertenece a José C. Paz.

Cadillac del año 1967 con toda su grandeza.

Realmente esta mujer se emocionó en un momento por toda la ayuda que recibió por este encuentro organizado por la ATAAP. Tal vez no creía que cuando queremos podemos darle una mano al que más la necesita. Más si esa persona a su vez ayuda a otro vecino que está en peor condición social y económica.

El público visitante en el Coto de José C. Paz.

Otra de las personas que colaboró para que todo saliera bien ese domingo 11 de septiembre fue Luis Giribone. No solo en la organización del encuentro solidario sino también con su puesto de esculturas fierreras que viene realizando desde hace años. Siempre tiene algo nuevo para mostrar al público.

Otra vista del público que se acercó.

A esta altura de los acontecimientos Giribone es un integrante más de la cultura paceña. Siempre está dispuesto a participar con sus esculturas de este tipo de actividad solidaria sin ningún interés comercial. Ya que sus obras solo las expone y no están a la venta. Es un verdadero artista local.

Dodge de 1947.

A los expositores de los autos se les dio de comer empanadas y de tomar gaseosa que corrió a cargo de los organizadores. Un verdadero gesto para los que acercaron sus autos. También se otorgaron diplomas y trofeos. Incluso hubo sorteos de trofeos más grandes para los asistentes a la muestra. Todos contentos.

Una impecable camioneta Ford F-100 de 1951. 

Al promediar la tarde, Víctor Caputo, que se pasó el domingo de un lado a otro, me pidió que lo ayudara a agrandar el espacio, cedido por el gerente del hipermercado Coto de José C. Paz, Sergio Romero, porque había quedado chico. Se habían ido sumando muchos autos a lo largo del día. Como el público que se acercó a colaborar y admirar los autos antiguos, clásicos y de competición expuestos. Incluso alguna que otra moto.

Ford Falcon Sprint de exhibición.

Los organizadores estuvieron atentos y corriendo de un lado para otro para que todo saliera bien. Y salió excelente. Porque la sensación que uno se llevó a casa es que con un poquito de cada uno se logra mucho. En especial para esas personas necesitadas que la pasan mal por esta vida.

Fiat 125 de competición.

El balance final fue más que positivo y la ATAAP logró dos objetivos: ayudar a los demás y realizar su encuentro anual. Lo que no se sí saben es que han formado un grupo de amigos fierreros que responden ante el llamado. De está de más decir que estaremos presente en el año 2017, ni siquiera lo tienen que pedir, solo avisen y vamos.

Una vieja motocicleta Puma.

Tal vez para el próximo año, si se realiza en el Coto de José C. Paz, tengan que solicitar un espacio de playa de estacionamiento más grande. Porque este año quedó justo para los autos que fueron y que varios rotaron su permanencia en el lugar.

Luis Giribone con su puesto de esculturas fierreras.

Las fotografías que ilustran esta crónica fueron tomadas el domingo 11 de septiembre de 2016 cuando se realizó el encuentro solidario en el hipermercado Coto de José C. Paz organizado por ATAAP.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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