Aunque la vida sea una partida que siempre acabamos por perder, eso no significa que no debamos jugarla lo mejor posible y tratar de perderla lo más tarde posible. [Sainte-Beuve]Envejecer es un proceso biológico, universal y constituye por ello un acontecimiento natural en toda vida. No tiene en si mismo un carácter patológico ni mucho menos es algo parecido a una enfermedad, pero sí se caracteriza por una progresiva pérdida o disminución en la eficiencia de ciertas funciones físicas y mentales.La vejez o senectud, es una fase más de la vida humana (junto con la niñez, adolescencia y adultez) con sus propias peculiaridades. Durante mucho tiempo fue considerada una etapa involutiva y regresiva por excelencia pero, actualmente, se sabe que esto puede presentarse a lo largo de todo el ciclo vital si bien en menor medida o de forma no tan acusada. Existen grandes diferencias en la forma en que el ser humano envejece, pudiendo decirse que no hay dos personas que envejezcan de la misma forma. Aquí, las diferencias individuales se hacen notar de forma extraordinaria y todos hemos podido comprobar como el paso del tiempo no afecta por igual a unos que a otros, hay enfermos de Alzheimer con sesenta años y personas de más de noventa que conservan sus facultades mentales íntegras y plenas de lucidez.
Cerebro Normal Cerebro con Atrofia
En líneas generales, y según se demuestra por los hallazgos de la neuroanatomía, con el paso de los años se producen una serie de cambios en la estructura del cerebro humano. Los estudios postmortem muestran una disminución en el peso y volumen del encéfalo, que se caracteriza por incremento en el tamaño de los surcos y ventrículos junto a una disminución en el grosor del córtex cerebral, fenómenos que se han venido englobando bajo el término de Atrofia Cerebral.Atrofia Cerebral con prominencia de los surcos y dilatación ventricular [Vista Coronal]
Estas modificaciones propias de un cerebro envejecido son normales, en el sentido de habituales, y no por ello implican una patología neurológica subyacente o indicios de una incipiente demencia. Seguimos aquí la idea expresada por D. J. Selkoe en su obra El Envejecimiento Cerebral (1992) donde se afirma lo siguiente:A pesar de la pérdida neuronal y las alteraciones bioquímicas producidas en el cerebro en edad avanzada, en muchos individuos estos cambios no ocasionan una merma apreciable en sus capacidades cognitivas y creadoras.
Antes de los 46 años Francisco de Goya ya era un pintor de extraordinario talento pero sus cuadros poseían cierto encanto pero resultaban predecibles y quizás convencionales en opinión de algunos. En el año 1792 Goya comienza a sentirse algo aturdido, con náuseas y alucinaciones que desembocan en una parálisis del lado derecho de su cuerpo y una evidente dificultad para articular palabras. Con el tiempo se recuperaría de estos síntomas pero no sin dejarle algunas secuelas en forma de sordera crónica y problemas de visión. Su estado de ánimo también se alteró volviéndose más sombrío y depresivo.Muchas décadas después (a principios de 1960) un médico escribía, en la revista New York State Journal of Medicine, un artículo en el que intentaba encontrar una explicación a los síntomas que había sufrido el pintor, todo había sido producto de un envenenamiento progresivo con plomo y mercurio, unas sustancias presentes en los pigmentos que utilizaba para realizar sus pinturas. En Medicina este síndrome recibe el nombre de Saturnismo (envenamiento crónico por plomo) y se caracteriza por afectar al sistema nervioso central y parece imitar, curiosamente, ciertos síntomas característicos del envejecimiento cerebral.
Saturno devorando a un hijo [Francisco de Goya]
Lo más curioso de toda esta historia es que Goya a partir de entonces comenzó a desatar su creatividad pintando de una forma novedosa y muy adelantada a su época, algo que contribuiría a convertir su pintura en imperecedera y su arte en universal.Este hecho histórico-biográfico, nos sirve muy bien aquí para ilustrar como ciertos cambios en los tejidos cerebrales pueden afectar al comportamiento e incluso a la creatividad. En el caso de Goya la neurotoxicidad influyó muy positivamente en su obra, aunque no tanto en sus estados de ánimo.
El Exorcismo [Francisco de Goya]
En la vejez parece ocurrir algo similar dándose una curiosa dualidad: en muchas personas el progresivo envejecimiento y deterioro neuronal devendrá en problemas de tipo cognitivo o afectivo, y en otras, agudizará su lucidez o sabiduría. Los mecanismos que parecen subyacer a este fenómeno no están todavía suficientemente aclarados e investigados, pero se habla de conceptos como reserva cerebral yreserva cognitiva para explicar estas diferencias (algo que se comentará con más detalle en un futuro artículo del blog).Existe un miedo que empieza a manifestarse según pasan los años, se caracteriza por la idea de que al envejecer terminaremos dementes. En mi experiencia profesional con personas mayores he constatado esta aprensión, especialmente cuando la persona comienza a sentir que ya no recuerda las cosas como antes, que le ocurren ciertos "olvidos" o más técnicamente: ciertos fallos benignos de memoria, algo que en si mismo no es patológico y que comienza a hacer acto de presencia a partir de los 50 años, aproximadamente.
La respuesta que suelo dar en estas ocasiones es siempre la misma...envejecer conlleva cambios inevitables en nuestras funciones mentales (principalmente en la memoria reciente y en la velocidad a la que procesamos la información) pero es algo que resulta normal y con lo que hay que contar. Quizás cuando nos hacemos mayores aprendemos las cosas a un ritmo distinto al de nuestra juventud, pero continuamos siendo capaces de aprender y de recordar lo aprendido.La demencia es otra cosa, es algo más que la mera pérdida de memoria o la ocurrencia de olvidos (uno de los primeros síntomas en el caso del Alzheimer ) pues debe ir necesariamente acompañada de otros déficit cognitivos como dificultades en la capacidad de orientación o en el propio lenguaje, entre otros.
Algo que sí nos va a ocurrir a todos es que nuestras neuronas envejecerán irremediablemente con el paso de los años, al igual que lo hará nuestra piel o el resto de nuestros órganos y sentidos. Por ejemplo, se reducirán el número de nuestros neurotransmisores (o moléculas que actúan como mensajeros químicos entre las neuronas y que las ayudan a comunicarse entre sí) y especialmente uno llamado acetilcolina, un neurotransmisor que disminuye de forma muy severa en la enfermedad de Alzheimer y que está muy implicado en el cambio de nuestros procesos de memoria a medida que envejecemos.Neuronas [Vista Tridimensional]
Es también conocido por la neurociencia que, a medida que envejecemos. se producen importantes procesos de muerte neuronal. Se calcula que perdemos entre 30.000 y 50.000 neuronas al día, por lo que al llegar a los 65 años habrán desaparecido algo más del 10% de las neuronas que teníamos en nuestra juventud...¡Entonces!...¿Cómo explicar lo siguiente? y es algo que todos podemos comprobar, todas esas personas que pasan de los 80 años con sus capacidades mentales conservadas y en bastante buen estado. Una explicación posible es la que se apoya en un hecho que cada vez despierta un mayor interés en la investigación, la denominada plasticidad neuronal y que se aborda en esta otra entrada del blog:Sobre Ramón y Cajal, El Cerebro y la Vejez
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