Un estudio ha demostrado por primera vez que la estrella de mar usa ojos primitivos en la punta de sus brazos para navegar visualmente en su ambiente.
Un grupo de investigadores encabezado por el Dr. Anders Garm de la Sección de Biología Marina de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, mostró que los ojos de la estrella de mar son de formación de imágenes y podrían ser un estado esencial en la evolución del ojo.
Los investigadores sacaron una estrella de mar con ojos y otra sin ojos, de su rico hábitat, en los arrecifes de coral, y las pusieron en un base arenosa un metro más lejos, donde no tendrían comida. Vigilaron el comportamiento de las estrellas de mar y encontraron que mientras la estrella con ojos se dirigía directo hacia el arrecife, la estrella sin ojos caminaba al azar.
“Los resultados demuestran que el sistema nervioso de la estrella de mar debe ser capaz de procesar la información visual, que indica una clara subestimación de la capacidad encontrada en el sistema nervioso central, circular y algo disperso, de los equinodermos”, dijo el Dr. Garm.
Analizando la morfología de los fotorreceptores en los ojos de la estrella de mar los investigadores confirmaron también que éstos constituyen un estado intermedio entre dos grandes grupos de fotorreceptores rabdoméricos y ciliares, en los que ellos tienen tanto microvellosidades como un cilio modificado.
Añade el Dr. Garm: ”Desde un punto de vista de la evolución, es interesante debido a que la morfología de los ojos de la estrella de mar así como su calidad óptica es muy cercana al primer ojo teórico en la evolución ocular cuando la formación de imágenes apareció por primera vez. En este sentido puede ser clarificador conocer cómo fueron las primeras tareas visuales que dieron lugar a este gran paso en la evolución del ojo, así como la navegación hacia el habitat preferido, utilizando grandes objetos inmóviles (en este caso el arrecife) ".
A y Joseph Cotten, geniales ambos y perfectamente escogidos en función de un físico/actitud ambivalente, por otro un veterano, el gran Louis Calhern, y una promesa, la importación francesa Leslie Caron, para quien la película está en cierto modo diseñada como vehículo de lanzamiento tras su estreno