El estudio Arquitectura-G, compuesto por Jonathan Arnabat, Jordi Ayala-Bril, Aitor Fuentes e Igor Urdampilleta, ha reformado una vivienda de original construcción en el barrio del Born de Barcelona: el muro de carga que divide las estancias, lejos de ser un problema, se convierte en clave del diseño.
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Superando las normativas vigentes de habitabilidad y edificación, la vivienda de 34 m2 y 4,5 m de altura, dividida por un muro de carga, confiere a cada una de las dos estancias las características oportunas para albergar varios usos.
La primera zona está compuesta por la cocina y un mueble móvil, que funciona a modo de barra, mesa auxiliar de cocina, y mesa de comedor. Se trata de una zona de carácter más social, vinculada a la entrada a la casa, donde se ha mejorado la instalación eléctrica y de televisión para que su uso se extienda más allá del mero hecho de cocinar y comer.
La segunda estancia, en cambio, responde a necesidades de un grado de intimidad mayor. Es por ello que el espacio se fragmenta en diferentes bandejas que albergan el programa en altura, proporcionando un gradiente de intimidad sin perder la conexión visual entre las mismas. Así, la primera bandeja, que ocupa la mitad de la superficie de esta estancia, se entiende como un espacio ambiguo de vestidor y zona de estudio. La segunda, más alta y de un cuarto de superficie de la planta, contiene el espacio para una cama de matrimonio.
Para la resolución de este esquema en altura, los muebles cobran especial importancia, adaptándose a los diferentes espacios, resolviendo la imperiosa necesidad de almacenaje, y la conexión y relación entre niveles.
Por tanto, los espacios se han ido conformando según el volumen y la intimidad que requieren, y la riqueza viene dada por las relaciones que se generan entre estos. En palabras de sus autores, “más que hablar de espacios encima de o debajo de, también podemos hablar de espacios entre, espacios al lado de o espacios en“.