El faro de Galicia ilumina el mundo – ABC.es (Este mes) inauguran la Ciudad de la Cultura, obra de Peter Eisenman

Por Arquitecturas @arquitectonico

Vista de la Ciudad de la Cultura de Compostela en el monte Gaiás, con la catedral de Santiago en primer término - EFE / ABC.es

Cultura

El  próximo día 11, los Príncipes de Asturias inauguran la Ciudad de la Cultura, obra de Peter Eisenman

PATRICIA ABET / COMPOSTELA

Cuando en 1999 la Xunta de Galicia convocó un concurso internacional para seleccionar al arquitecto que se haría cargo de la construcción de la Ciudad de la Cultura, doce profesionales presentaron sus diseños. La idea de partida, un complejo museístico que abarcaría más de 265.000 metros cuadrados y que convertiría a Galicia en faro de la cultura, se reveló como un reto al que los profesionales más señeros del ámbito arquitectónico no se pudieron resistir. Personalidades internacionales de la talla de Jean Nouvel o Daniel Libeskind y también nacionales —es el caso de César Portela, Ricardo Boffil, Juan Navarro Baldeweg o Manuel Gallego—, participaron en la convocatoria. Finalmente, Peter Eisenman, creador del mítico Memorial del Holocausto de Berlín, fue el elegido por el tribunal. La singularidad conceptual de la construcción que este arquitecto neoyorquino plasmó sobre el papel convenció —y cautivó— al comité de selección. Tradición y modernidad El desafío del proyecto Gaiás radicaba en su ubicación, una pequeña colina situada al este de Santiago de Compostela con una superficie aproximada de 70 hectáreas, que da nombre al complejo. La construcción debía sintonizar con este espectacular mirador, por lo que Eisenman tomó como fuente de inspiración las cinco calles medievales que desembocan en la ancestral Plaza del Obradoiro. Al contemplar el resultado final, no cabe duda alguna de que el paso de este emblemático creador por las aulas de la Facultad de Filosofía de Cambridge dejó huella en un proyecto que conjuga, de modo singular, tradición y modernidad. Así, partiendo de la estética deconstructivista que define su estilo, Eisenman moldeó un imponente complejo cuyas particulares ondulaciones son visibles desde numerosos puntos de la ciudad. A la hora de explicar el cometido de su obra, el estadounidense comenta que ha primado el conjunto por encima de todo «buscando generar condiciones en las que el fondo pueda elevarse y la ciudad se deje caer contra él». Las magnitudes de esta innovadora urbe conllevaron que las obras de construcción se dilatasen diez años en el tiempo. Desde entonces, 100 personas han visitado los siete edificios que componen el macrocomplejo, dentro de un programa de visitas organizado por la Fundación Ciudad de la Cultura. El objetivo de este plan —que sigue activo a día de hoy a través de la página www.cidadedacultura.org/— es aproximar al público a la realidad de una ciudad que muchos sienten lejana. Éste, el sentimiento de desapego, ha sido el principal escollo que el gobierno gallego ha debido salvar durante el último año. Un período en el que la celebración del Año Santo —como el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, explicó a ABC— lejos de ensombrecerlo, ha dado vida al proyecto.

vía El faro de Galicia ilumina el mundo – ABC.es.

CULTURA

La «gravitas» intelectual de Peter Eisenman

FREDY MASSAD
Una reflexión crítica acerca el monumental proyecto de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela supone integrar dos puntos de partida divergentes: por un lado, la desaforada carrera emprendida por muchas ciudades españolas para proveerse de edificios emblemáticos firmados por arquitectos de renombre en la estela del «efecto Bilbao»; y, por otro, cómo este proyecto supuso la oportunidad clave para materializar un manifiesto conceptual de uno de los mayores y consistentes teóricos de la arquitectura de finales del siglo XX, Peter Eisenman.