Hace unos días compartí con los amigos el vídeo que abajo veréis en facebook y este aun me tiene fascinado.
Hace un par de años BMW dio a conocer este vanguardista automóvil que aunque no está diseñado para saltar a nuestras carreteras, si puede sentar precedente y ser el paso previo para una tecnología que quién sabe, nos podrá resultar muy familiar en el futuro.
Basado en el concepto de adaptabilidad que tan familiar nos resulta a todos aquello que nos dedicamos a diseñar de una u otra manera, el prototipo nos da un sin fin de posibilidades de configuración, dependiendo de la carretera, los gustos de conducción, o de si nos encontraremos los tan odiados badenes urbanos. Una carrocería complétamente adaptable, vestida con un flexible traje.
Y es que es este "traje" -en realidad se trata de un compuesto polímero que sustituiría a la clásica chapa de metal- lo que más llamará nuestra atención. Para favorecer la ligereza y adaptabilidad del coche, este dispone de una piel que se ajustará en cada momento a las formas que adopte la carrocería, eliminando las juntas e incluso ocultando los dispositivos lumínicos que arrojan su luz a través de ella en la parte posterior. Una vestimenta de gran elegancia que seguro dará que hablar. El único inconveniente es su origen carbónico, lo que haría aun más dependiente del petróleo a la industria automovilística.