Actualmente la cirugía tiende a ser más conservadoras, abriendo el camino a tratamientos complementarios que suplan la cirugía agresiva con el objetivo de conseguir disimular el paso por el quirófano y a su vez, conseguir una rápida recuperación del paciente acortando el postoperatorio. Sin duda alguna, los últimos avances en el sector como el estudio de células madre o la radiofrecuencia están encaminados hacia una cirugía estética menos agresiva y mucho más armónica.
Salvo en determinadas pacientes que desean unas medidas evidentemente exageradas y que se vea que están operadas, lo normal es que si se nota que algo está operado es que está mal operado. La meta es la naturalidad, que la paciente note su mejoría pero siempre dentro de la naturalidad. Aunque en algunas operaciones estéticas como el aumento de pecho se siga demandado medidas algo exageradas hay que seguir un camino intermedio para lograr la satisfacción del paciente y la armonía necesaria.
Evidentemente la armonía es fundamental cuando estamos hablando de un concepto tan subjetivo como es la belleza, puede resultar fácil valorar la belleza, pero no el por qué es bello. Aunque queramos analizar el concepto de la belleza incluso en base a ciertas mediciones es totalmente insuficiente, el único punto en el que existe cierta coincidencia es que la belleza pasa por la armonía.