Internet está ahora en el ojo del huracán crítico de muchos estudiosos, pues es bien cierto que no se sabe qué cambios, a largo plazo, puede producir en los niños durante el desarrollo de máxima plasticidad del cerebro y más todavía en los adolescentes (periodo este último de cambios neuronales profundos que llevan al éxito o al fracaso en su acoplamiento a la sociedad y la cultura en que viven). Y es que muchos padres comienzan a ser conscientes del tiempo que sus hijos pasan delante de una pantalla de ordenador navegando en busca de información, contactando con otras personas a través de Facebook o Twitter, o simplemente bajando juegos de la red. Ese tiempo son muchas horas que en muchos casos puede oscilar entre 3 y 7 al día.
Lo cierto es que este es un tema de debate actual. Y que comienzan a levantarse voces, enpro y en contra, sobre el uso indiscriminado de Internet. Por ejemplo, de modo muy reciente se ha señalado que esta herramienta y la bajada constante y sin control de videojuegos por los niños puede potenciar el desarrollo de conductas agresivas y adictivas.
Añadido a todo esto está la alarma levantada recientemente acerca del cambio que Internet produce sobre los mecanismos de atención cerebrales. Y es que navegar por Internet requiere de un foco atencional muy corto y siempre cambiante y ello va en detrimento del desarrollo de una atención sostenida, ejecutiva, que es la que se requiere para el estudio. De hecho, se está comenzando a hablar de una nueva forma de atención producida por Internet. Y esto no es baladí, pues conocemos que hay muchos y varios tipos de atención con circuitos neuronales específicos y que el entrenamiento excesivo de unos pudiera ir en detrimento del funcionamiento de los otros y de los procesos de aprendizaje y memoria. Es más, se ha sugerido que todo ello pudiera repercutir en la atención de los niños en el colegio y aun potenciar las conductas hiperactivas en algunos de ellos.
Sin duda hay contrapartidas a todo cuanto acabo de señalar. Pero no deja de ser este debate una señal ante la cual hay que levantar el pensamiento crítico. Yo desde luego pienso que aun cuando utilizar Internet como herramienta para recabar información e intercambiar mensajes con amigos es práctica útil, eso es evidente, pienso también que utilizar esta herramienta para la interacción personal más íntima con otras personas, particularmente en niños y adolescentes, contiene riesgos psicológicos y sociales que pueden dañar la construcción de la personalidad. Fuente: Francisco Mora. Catedrático de Fisiología Humana, Universidad Complutense de Madrid y catedrático adscrito de Fisiología Molecular y Biofísica, Universidad de Iowa. C. Marco