Científicos
rusos descubrieron que las semillas transgénicas de soja y maíz hacen a las
mujeres estériles. La investigación conjunta de los científicos de Asociación
Nacional Rusa de la Seguridad de los Genes y del Instituto de Problemas de la
Ecología y la Evolución ha descubierto que los hámsteres alimentados con
soja transgénica no han podido reproducirse después de tres
generaciones. También se constató un crecimiento más lento y una alta tasa de
mortalidad entre sus crías. En otro estudio similar realizado en Rusia, los
investigadores encontraron un crecimiento retardado en animales, alta
mortalidad entre las crías, e incluso crecimiento del pelo dentro de la boca de
los hámsteres. Científicos de Francia, Austria, EE.UU. e India también han
experimentado con ratones, cerdos y vacas e igualmente confirman el
peligro potencial o real de los productos transgénicos para la salud humana,
animales, plantas y sobre todo el medio ambiente. Las empresas
transnacionales de la industria de los transgénicos, promueven el consumo
de alimentos genéticamente modificados e ignoran constantemente a los
investigaciones y expertos que se oponen a la liberación de organismos
genéticamente modificados (OGM). Los expertos en ese tema afirman que cosechar
cada vez más semillas modificadas genéticamente sin saber cómo afectan a la
salud es el único objetivo de las compañías del sector. La codicia de un grupo
de poder mundial nos está llevando a un caos sanitario. Los expertos han
llamado a estos experimentos con maíz transgénico u otros productos
genéticamente modificados “semillas de Frankenstein”, mientras que aquellos que
son de consumo humano o de animales los consideran “experimentos
frankenstenianos”. Millones mueren anualmente sin saber que es debido a los
agrotóxicos, las semillas modificadas o los alimentos producidos a base de
semillas genéticamente modificadas impregnadas de venenos que o te matan o te
esterilizan.