Aunque con el otoño llega también la gripe, es a mediados y finales del invierno, es decir, entre enero y marzo cuando ésta tiene su pico máximo de incidencia, afectando a entre el 5% y el 15% de la población mundial. En este sentido, el Grupo de Estudio de la Gripe (GEG) recuerda que la gripe no es “un catarro fuerte, sino una enfermedad mucho más seria”. Y es que la infección causada por los virus gripales ocasiona una alteración de la mucosa respiratoria mucho más grave que la provocada por los virus catarrales.
Según explica el doctor Ramón Cisterna, coordinador del GEG y jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Control de la Infección del Hospital de Basurto (Bilbao), la diferencia fundamental entre el catarro común y la gripe es que los síntomas de esta última “se prolongan en el tiempo y, además, se agravan. La fiebre, que al principio es una febrícula, pasa a ser de 39º C. A partir del cuarto o quinto día, aparecen dolores musculares, dolor de cabeza y malestar general. Sin embargo, el catarro presenta síntomas más leves y en dos o tres días se ha resuelto”.
Se estima que los pacientes que padecen gripe precisan, como mínimo, de 2 a 5 días de incapacidad transitoria, lo que conlleva a su vez a un incremento notable de bajas laborales. En este sentido, el doctor Cisterna explica que “es habitual que la gripe deje huella durante un par de semanas en quien la padece. Sin embargo, si transcurrido este tiempo la persona enferma continúa encontrándose mal y los síntomas persisten, debe consultar al médico para descartar complicaciones respiratorias u otras dolencias”.
Para informar de cómo actuar en caso de gripe, así como de la importancia que tiene la vacunación como principal medida preventiva para evitar el contagio, en la página web del Gripómetro (www.gripometro.es) se ha colgado el videoconsejo, “Ahora que tengo gripe, ¿voy al médico?”.
Para sobrellevar la gripe, los expertos aconsejan beber abundante líquido para reponer los que se pierden como consecuencia de la fiebre, evitar el consumo de alcohol y tabaco, no acudir al trabajo para evitar la transmisión del virus y, sobre todo, descansar. “La única cura para la gripe es pasarla”, añade el doctor Cisterna.
-La vacunación, la mejor prevención
La mitad de las personas con gripe no muestra ningún síntoma clásico del virus, pero pueden infectarla durante los cinco o días posteriores, ya que la enfermedad se disemina con rapidez en escuelas, lugares de trabajo, entre otros espacios compartidos. Por estos motivos, el GEG recomienda que las personas sanas no bajen la guardia y opten por la vacunación.
A este respecto, el coordinador del GEG insiste en que la vacunación es la única medida eficaz y segura de prevenir el contagio. Asimismo, hace hincapié en que “la vacuna va a permitir que desarrollemos anticuerpos frente a la gripe y en caso de contagio va a evitar que la enfermedad se prolongue en el tiempo más de una semana, así como que desarrollemos otras complicaciones que puede conllevar la gripe”, apunta este experto.
Por otro lado, además de las ventajas que obtiene la propia persona vacunada, los expertos subrayan el beneficio que supone también para las personas con las que se convive, máxime si se trata de niños, mayores o con enfermedades crónicas. “Al vacunarnos no sólo nos protegemos nosotros frente al virus, sino que rompemos la barrera de transmisión del mismo y protegemos a las personas que nos rodean”, concluye el doctor Cisterna.