El hombre más feliz del mundo
El hombre más feliz por escaner
Los escaneos de su cerebro mostraron que cuando Ricard meditaba con actitud de compasión, su cerebro producía un nivel de ondas gamma relacionadas con la conciencia, la atención, el aprendizaje y la memoria que nunca habían sido descritos en la literatura neurocientífica. Además, los tests también revelaron una excesiva actividad en el córtex prefrontal izquierdo comparado con su contraparte, dándole una inusual y anormal capacidad para sentir felicidad y una reducida propensión a la negatividad con lo que probaron que era el hombre más feliz del mundo. (Noticia extraída de Diarioveloz.com) Desde luego que la meditación ayuda mucho para tener paz y felicidad. Pero quisiera hacer unas preguntas:¿Qué es la meditación? Según el concepto más acertado La meditación viene del latín (meditat onis) y describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, un pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.
¿Cómo meditar? En el propio concepto está la respuesta. Centrar nuestra atención en algo, sea un objeto, un pensamiento, nuestra consciencia.
¿En qué meditar?. Aquí viene lo importante. Cuando hablamos de meditación lo primero que imaginamos es un monje tibetano en posición de loto con el pelo rapado meditando en el color del viento o en el sonido del aplauso con una sola mano. Los occidentales tenemos un concepto errado de la meditación y algunos cristianos piensan hasta que es un pecado hacerlo ignorando que las escrituras dicen: "Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común
con los que se burlan de Dios,
sino que pone su amor en la ley del Señor y en ella medita de día y de noche" (Salmo 1) Los monjes que hacen meditaciones, meditan en las manzanas, en el sol, en sus maestros, en sus dioses, en el Universo o en algo de sus pensamientos, pero los que tenemos el privilegio de conocer al Dios verdadero tenemos que meditar en su palabra, en su bondad, en su amor, en su misericordia. Levantar nuestro corazón por la mañana y darle gracias por la vida, por el aire, por el sol, por el viento, por la lluvia. Postrarnos en su presencia y adorar a aquel que hizo y hace posible todas estas cosas. A lo mejor nuestro cerebro no es tan proclive a ser como Matthieu Ricard el hombre más feliz, pero si ponemos nuestros problemas en manos del Señor creador del Universo, quien así mismo hizo la tierra el mar, las montañas, las fuentes de las aguas, las manzanas y todo aquello en lo que meditan los meditares, y ponemos atención en su palabra todos los días seguro que alcanzamos más felicidad. ¿Te gustaría escuchar o descargar este artículo en audio?