El modo básico consiste en llevarlos alrededor de cuello, con una punta cayendo a cada lado del mismo. Es informal, y queda muy bien con un pantalón de corte recto estilo chino + sandalias romanas + camiseta básica. El punto de color y estampado lo pondrá el foulard.
Y todo al cuello. Porque tienen más vidas: en el cabello, de cinturón, como asa de un cesto de rafia, anudado a las asas de un bolso... y todas las que se nos ocurran.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: intentar ahorcarte con él. No lo aprietes en grado sumo, que no es necesario.
Recolocártelo. Llevarlo tan bien puestecito queda cursi y luce mucho menos.
Los pañuelos de seda también envejecen. Así que si el tejido está dañado, mejor dedica el pañuelo a cinturones o a la basura, directamente.
En la muñeca. En plan muñequera como que no lo veo.
Hacerte una lazada gigantesca en el frontal. Quizás en invierno, sí. Pero en verano, no.
Anudarlo en un muslo. Y que nadie mire raro. Eso se llevó, y mucho en los 80. Y en los 80 debe quedarse.
Lo encontrarás en: el primer pañuelo es de Marc Jacobs. El segundo, de Gucci. El tercero, de Bamford. Y los dos últimos de seda, de Brunnella Giannangeli