Alistair y Eleanor estaban destinados a encontrarse.
Aburridos y previsibles, protagonizaban una vida previsible y aburrida... hasta que llegó Barnaby: el tercer hijo de la familia más normal que hubiera habitado jamás en el hemisferio sur demostró su originalidad desde el primer día al negarse a obedecer la norma más fundamental de todas. La ley de la gravedad.
Al principio, asumieron su suerte con resignación. Pero hartos de ser señalados, dijeron basta. Y como él no podía cambiar, lo soltaron.
Traicionado, solo y flotante, Barnaby emprendió una vuelta mágica alrededor del mundo y conoció a gente extraordinaria que le demostró que nada es mejor que ser uno mismo.