Se encuentra tanto en los tejidos animales como vegetales. Nuestro organismo está preparado para realizar la síntesis a partir de la glucosa.
Las fuentes vegetales que contienen una cantidad importante de inositol son las legumbres como las lentejas y los guiesantes, los germinados y los cereales integrales, como el trigo, la avena y el arroz.
Su carencia se manifiesta en síntomas como acumulación de grasas en el hígado y colesterol LDL en la sangre, caída del cabello, debilidad muscular, eccema, ansiedad, insomnio, depresión, etc…
La importancia del inositol (vitamina B8) está justificada teniendo en cuenta que participa en los siguientes procesos metabólicos:
- su factor lipotrópico colabora en la movilización de grasas del hígado y otros órganos.
- estimula la pigmentación y el crecimiento capilar
- controla los niveles de colesterol
- previene el endurecimiento de las arterias
- ayuda a nutrir las células cerebrales
- participa en el crecimiento y la formación de la membrana celular
- es necesario para la conducción de los impulsos nerviosos.
Los suplementos con inositol son beneficiosos en caso de existir un diagnóstico en relación a:
- ansiedad, depresión, trastorno bipolar, trastorno de atención y obsesivo compulsivo
- arteriosclerosis, hipercolesterolemia, derrame cerebral
- calvicie, encanecimiento precoz
- diabetes, sobrepeso y obesidad
- cirrosis, hígado graso
- gastritis, estreñimiento
- glaucoma
Recomendaciones
La ingesta debe estar equilibrada teniendo en cuenta la sinergia con otros nutrientes. Por cada tres partes de inositol se recomienda una parte de niacina (vitamina B3). También es aconsejable ingerir un suplemento de calcio aminoquelado pues puede intervenir en la absorción de este mineral.