Debido a que este mes ya había leído a dos tíos: el tío Tacho (Donde los Ángeles Habitan y el Tío Paco (Persona Normal), leer otro con un tío más se me hacía un poco excesivo porque las tres historias podían caer en lo mismo y como lo comentó Viry… los tíos son unos locos alcahuetes jajaja, en verdad amo a los tres.
Juan debido a la separación de sus padres sus largas vacaciones serán afectadas, mientras que su hermana es enviada con una amiga, él es enviado con su tío, algo que no le apetecía mucho debido a que era un poco extraño… debido a que es una persona solitaria y con una inmensa biblioteca. Cuando su tío le revela a que él le solicitó a su madre que lo enviara a su casa y le confesó que era porque le tenía una misión, su estadía cambia radicalmente y ya no deseaba escapar de ahí como en un principio, en el que se refugiaba leyendo un poco y haciendo visitas a la farmacia cercana porque se había enamorado.
Aunque el tío aparece poco y la aventura la cuenta Juan, es que aunque Juan lo veía medio “x” al principio pero poco a poco me fue ganando, pero sin duda el tío Tito, me ganó, me enamoró, me hizo reír y hasta tenerle un poco de pena por el dolor que guardaba para el mismo y para sobrellevar su vida aislada, pero hace cada locura con tal pasión que no hay forma de no amarlo, y la verdad es el mejor personaje.
Un detalle que me gustó fue la vida que Juan Villoro le da a los libros y como cada lector le pone un poco de su ser cuando los lee. De cómo las historias según como las vivas te darán más de lo que crees llevando a ese mundo o respuestas que estás buscando.
Goza la historia de una inocencia debido a la edad de nuestro protagonista y que es una novela enfocada para lectores jóvenes, pero en verdad es una delicia poder leerlo y yo me lo leí en una tarde, porque una vez que lo empecé, no pude detenerme y toda la lectura en realidad tuve una sonrisa en los labios. Tiene una narrativa muy fluida y ligera lo que facilita una lectura rápida y entretenida, hay pocos personajes, lo cual agradezco y solo un pero le pongo en realidad, la edad de Catalina nunca me quedó clara… a mí me sonaba que era mayor que Juan y al final hace un comentario y da la impresión que incluso es más chica que Juan que tiene 13 años.
Una novela diferente a lo que leo, una narrativa que transmite más de lo que está escrito y que lees en un suspiro.
Juan Villoro nació en México, en el Distrito Federal, el 24 de septiembre de 1956. Estudió Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana. Condujo el programa de Radio Educación, “El lado oscuro de la luna” de 1977 a 1981 y fue agregado cultural en la Embajada de México en Berlín Oriental, dentro de la entonces República Democrática Alemana, de 1981 a 1984. Ha ejercido como director del suplemento “La Jornada Semanal” de 1995 a 1998, además de impartir talleres de creación y cursos en instituciones como el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad Nacional Autónoma de México.
Como redactor ha colaborado en las revistas Cambio, Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Universidad de México, Crisis, La Orquesta, La Palabra y el Hombre, Nexos, Vuelta, Siempre!, Proceso y Pauta, de la cual fue jefe de redacción, así como en los periódicos y suplementos La Jornada, Uno más uno, Diorama de la Cultura, El Gallo Ilustrado, Sábado, entre otros.
De 1976 a 1977 fue becario del INBA en el área de narrativa y del Sistema Nacional de Creadores Artísticos de 1994 a 1996.
Villoro ha sido profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, en Yale, Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y Princeton.
En 1991 publicó su primera novela El disparo de argón pero su éxito como novelista llegó en 2004 con El testigo, Premio Herralde.
Vive entre México y España.