A nivel alimentario, sus propiedades son muchas: su zumo es astringente, contiene vitamina C, ácido cítrico y muchos minerales. Quema la grasa; antiguamente se utilizaba para limpiar. Hoy en día lo integran en algunas dietas, por las mismas cualidades.
Tiene propiedades estéticas: se usa para blanquear la piel, dar brillo al pelo, y para preparar scrubs caseros. Se ha utilizado en medicina para curar enfermedades del hígado y de la vesícula biliar, es un vasoprotector y un remedio excepcional contra las infecciones de la garganta.
El árbol de donde procede, el limonero, es muy apreciado en ebanistería por su madera dura, de un color muy clarito y peculiar, y por su corteza lisa. Por el ácido cítrico que contiene es un buen antioxidante y desinfectante: de hecho se utiliza también, en ciertas medidas, para potabilizar el agua. El zumo de limón, a parte ser la base de muchas bebidas y postres, se usa también en pintura: sus propiedades antisépticas son indispensables cuando trabajamos material orgánico, por ejemplo con la cola de conejo en la imprimación a la creta o en la imprimación a la media creta. No es el único ingrediente que podemos utilizar para esterilizar los preparados orgánicos, pero es uno de los más comunes y se encuentra prácticamente en todas las casas.
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