El maltrato psicológico ¿tiene cura?

Por Cristina Lago @CrisMalago

De hombres a mujeres o de mujeres a hombres. Manipulación, faltas de respeto, insultos, chantajes emocionales, acoso, exceso de control o celos…La convivencia con una pareja dañina puede resultar un verdadero infierno en la tierra ¿se puede cambiar la conducta de una persona maltratadora? 

En ocasiones, todos hemos practicado algún tipo de maltrato emocional en nuestras relaciones. Cuando hemos engañado, cuando hemos controlado, cuando hemos intentado forzar a cambiar a la otra persona o cuando hemos sido fríos o indiferentes, estábamos ninguneando los sentimientos de alguien a quien decíamos amar.

Pero ¿cuándo hablamos de verdadero maltrato psicológico? Cuando estos comportamientos alcanzan lo crónico hasta el punto en que la persona que los ejerce literalmente no conoce ni interioriza otra manera de amar (o desamar).

Quienes sólo saben relacionarse a través de las constantes agresiones verbales, amenazas, insultos, gelidez afectiva o desvalorización constante y progresiva de sus parejas, suelen provenir, a su vez, de patrones afectivos en los que convivieron y se educaron con estos mismos comportamientos. Son personas que han crecido, por decirlo así, con la noción firmemente arraigada de que el cielo es rojo, a pesar de que para el resto del mundo, el cielo sea azul.

¿Tiene cura el maltrato psicológico? ¿Se puede cambiar a una persona así? Las parejas maltratadas, suelen fracasar en sus intentos de transformar al otro, por las siguientes razones:

- Terapia de pareja: como su nombre indica, las terapias de pareja están enfocadas a los problemas de pareja. Tanto quien maltrata como quien es maltratado conllevan ya unos serios problemas personales que debieran tratarse por separado. No es un conflicto de comunicación, o una crisis vital, o un problema del día a día; esto reside en el terreno de lo individual.

- El amor lo puede todo: otra herramienta que rara vez funciona. Se devuelven sonrisas por insultos a la persona maltratadora como si la santidad del amor incondicional fuera a transformarle. Menos Jesucristo, todos los demás seres humanos esperamos que a cambio de nuestro querer, como mínimo nos traten bien.

- Poner límites: una persona emocionalmente sana respeta los límites. Alguien que sólo se vincula desde el maltrato, no tiene ni siquiera límites para sí mismo/a y difícilmente respetará los de los demás. El único límite que reconocen es cuando la pareja hace amago de ruptura. Esto tampoco les hace cambiar, ni curarse, pero seguramente sabrán montar un convincente show de súplicas, flores y arrodillamientos cuyo objetivo es simplemente salvar los muebles, sin ninguna intención de evolución personal auténtica.

- Dar un ultimátum: quien da un ultimátum a una pareja maltratadora, cree de alguna manera que esta persona es consciente de sus actos, que va a asustarse y esto le va a granjear un mágico cambio después de años y años de funcionar así. Quien funciona de esta manera, no cambia en un día, ni en una semana, ni en un mes.

- Rescatando al ángel interior: el comportamiento inicial de las personas que ejercen el maltrato patológico, suele ser una performance espléndida en la que se pintan como personas más especiales y maravillosas que las demás. La personalidad real aparece más tarde, cuando la otra persona ha generado la suficiente dependencia como para poder empezar a ejercer el abuso sin provocar la huida inmediata. La tragedia es que el otro sigue pensando que hay un príncipe o una princesa maravillosos encerrados dentro de este ser humano roto y enfermo. Aun si algún día se curase, no se parecerá a quien fue en el principio. Es importante asumirlo: la persona del inicio nunca existió y nunca volverá. Lo que haya después, es una incógnita.

Entonces ¿cómo se cura un maltratador psicólogico?

- Consciencia: la persona maltratadora, vive en el mundo de su propia realidad distorsionada.  Desarrollan sus propios mecanismos mentales para protegerse y mantener un autoconcepto que les resulte medianamente soportable. Si esta persona no es consciente de lo que sucede, ni de porqué le sucede, ni cree que está haciendo nada malo y aún encima se indulta cada vez que manipula o agrede, entonces es prácticamente imposible que derive a otra manera de ver la vida. Para asumir este punto de ruptura, tendrían que empezar admitiendo lo que les sucede y manifestando unos deseos propios de salir de ahí.

- Cambio radical: una dolorosa pérdida, una grave enfermedad o algún suceso suficientemente fuerte pueden poner a tambalear los cimientos de toda una vida creyendo que el cielo es rojo. Si es así, el consiguiente proceso para poder reaprender otra manera de entender el mundo, será largo, arduo y doloroso. Y puede que la relación no sobreviva a ello.

- Asumir la responsabilidad: hay una dinámicaen estos amores torturantes que sólo el que lo ha vivido desde dentro puede describir con exactitud. En estas relaciones hay siempre por debajo un mecanismo adictivo. Nadie es culpable. Son dos personas atrapadas en una forma de vincularse muy tóxica de la que son responsables al 50%. Ser una víctima es condenarse a lo irremediable. Somos víctimas de accidentes, de atentados, de catástrofes naturales: pero jamás debemos ni podemos ser víctimas de alguien que hemos elegido tener en nuestra vida

- Dejar la relación: quienes sufren de maltrato, exhiben una inmensa fe interior en el cambio del otro. ¿Qué tal dedicar un poquito de esa fe a enamorarnos de la posibilidad de una vida diferente sin una persona que nos disminuya, nos devalúe o nos agreda?

Recordemos que en el fondo, los seres humanos nos educamos los unos a los otros con nuestros propios actos. La mejor manera de luchar contra el maltrato es empezando por no admitirlo. Sin víctimas, no hay maltratadores.