Ante la falta de voluntarios, Phil Kennedy, abrio su propio craneo y se introdujo electrodos para traducir las señales neuronales del habla Phil Kennedy ya no veia otra forma de conseguir los datos. Asi que un dia acabo tumado, feliz e inconsciente, sobre la mesa de un quirofano de Belice mientrasun neurocirujano separaba la parte superior de su craneo con una sierra. El año pasado, Kennedy, un neurologo e inventor de 67 años de edad, hizo algosin precedentes en los anales de la autoexperimentacion. Pago 25.000 dolares (unos 23.300 euros) a un cirujano de America Central para implantar unos electrodos en su cerebro para establecer unaconexion entre la corteza motora y un ordenador. A finales de la decada de 1980, Kennedy, junto a un pequeño grupo de pioneros, habia desarrollado unas interfaces "invasivas" entre el cerebro humano y un ordenador. Se trababa literalmente de cables dentro del cerebro conectados a un ordenador, y un sistema ampliamente reconocido comoel primero en permitir que una paciente gravemente paralizada y "atrapada" moviera el cursor de un ordenadorutilizando solo su cerebro. Una revista le llamo "el padre de los ciborg". El nuevo objetivo cientifico de Kennedy ha sidoconstruir un decodificador del habla, un software que pueda traducir las señales neuronales producidas por el discurso imaginario en palabras que salgan de un sintetizador del habla. Pero este trabajo, realizado por su pequeña empresa de Georgia (EEUU) Neural Signals, se habia estancado, dice Kennedy. Ya no conseguia reclutar a mas sujetos para las investigaciones, disponia de poca financiacion, y habia perdido el apoyo de la Agencia de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en ingles). Por eso, en junio de 2014 se encontro sentado en un hospital remoto contemplando la imagen de su propia cabeza rapada en un espejo."Todo este esfuerzo de investigacion de 29 años de duracion iba a morir si yo no hacia algo", dice. "No queria que muriese en la cuna. Por eso me arriesgue". Este otoño, Kennedy presento unos estudios de su propio cerebro en la Sociedad para la Neurociencia en Chicago (EEUU), donde sus acciones provocaron tantoadmiracion como preocupacion entre sus homologos. Al concertar una cirugia para una persona sana – incluso el mismo, incluso en nombre de la ciencia –probablemente habia incumplido el juramento hipocratico. "Me alegro de que se encuentre bien ahora", dice Eddie Chang, un neurocirujano de la Universidad de California en San Francisco (EEUU), cuyo trabajo reciente sobre el mapeo de las areas de la corteza motora ayudaron a guiar los calculos de Kennedy. "Espero que consiga unos datos muy, muy valiosos". Problemas con la FDA Kennedy, que nacio en Irlanda, dice quesu autoexperimento fue impulsado por la frustracion y por las incognitas cientificas. Estaba tan intrigado por el funcionamiento del cerebro que, siendo ya un joven medico,volvio a estudiar para conseguir el doctorado en neurociencia. Mientras dirigia un laboratorio del Instituto de Tecnologia de Georgia (EEUU) durante la decada de 1980, desarrollo y patento un tipo innovador de electrodo que consiste en un par de cables de oro encapsulados en un diminuto cono de cristal. Lleno con una mezcla propietario de factores de crecimiento, el electrodo indujo a las neuronas cercanas a crecer dentro del dispositivo.
Fuente: Technology Review