El primero apareció en noviembre, y el origen es el conocido Monitor de Reputación Sanitaria. Una encuesta a profesionales y expertos que preguntaba por la reputación de los centros, y que incluía algunos indicadores de estructura y funcionamiento, aunque su peso final era del 20%. ¿Y qué hicieron muchos medios? Pues directamente cambiaron la popularidad por la calidad, y transformaron una encuesta de reputación en una encuesta de "el mejor hospital". Afortunadamente, Merco publica un informe de metodología con los modelos de encuestas e indicadores utilizados, y se puede comprobar fácilmente que las preguntas se dirigen a conocer la reputación y popularidad pero no la calidad.
El segundo titular es de hace pocos días. Se trata de la publicación del "Índice de Excelencia Hospitalaria", elaborado por el Instituto Coordenadas, y que hemos buscado infructuosamente en la web del citado Instituto. Es decir, que no hemos localizado el informe o la encuesta o lo que sea. Según los medios, el informe se elabora en base a una encuesta a 2000 profesionales que "mide la excelencia en base a los resultados y percepciones de los profesionales que trabajan en los centros o en su entorno". ¿Y qué tenemos? Pues un informe similar al del primer titular, basado en la popularidad.Pero las noticias sobre este índice, además, indican que para la evaluación de los hospitales "se tienen en cuenta criterios de excelencia como la suma de calidad asistencial, servicio hospitalario, bienestar y satisfacción del paciente, capacidad innovadora, atención personalizada y eficiencia de recursos; apostando por la sostenibilidad de un sistema de salud público, gratuito y de calidad". Y sinceramente, aquí nos perdemos: ¿cómo se valora la calidad asistencial? ¿qué indicador se utiliza para el bienestar y la satisfacción del paciente? ¿qué es eso de la capacidad innovadora? ¿alguna idea de la medición de la atención personalizada?Es muy llamativo que los periodistas, que buscan tanto las entretelas de cualquier posible noticia, den cabida a estos informes sin cuestionarse nada y sin contrastar los resultados. Pero lo más llamativo es fabricar ese tipo de titulares que además tienen unas implicaciones muy serias, y su publicación debería requerir que el informe en cuestión realmente hablara de calidad. De hecho, algunos medios en el primer ejemplo publicaron titulares que hablaban de "reputación", pero otros fueron a lo fácil y, en definitiva, a lo que vende: "el mejor".
Como ejemplo del tipo de metodología utilizada, uno de los dos informes incluía una complejo proceso de selección de expertos basado en la técnica LPERSLUVDA ("los primeros en responder se llevan un vale de amazon") junto con un mailing masivo.
La culpa, en definitiva, es de la falta de transparencia y de la ausencia de datos e indicadores de funcionamiento, calidad, seguridad, eficiencia, etc. de los centros sanitarios públicos y privados. Algunos servicios de salud han hecho notables esfuerzos, como Cataluña o Madrid, que cuentan con portales de indicadores y datos. ¿Lo próximo? Un conjunto mínimo de indicadores por centro, de publicación obligatoria (seguro que el Ministerio lo tiene en mente) para centros públicos y privados. Y así, ya podríamos dejar de lado los informes basados en la popularidad.
Nota final: en ningún caso dudamos de la calidad técnica de los hospitales que ocupan las primeras posiciones de ambos informes. Esta entrada pretende poner de manifiesto el problema que puede provocar la difusión de los resultados utilizando titulares erróneos.