Más de 50 referencias en los medios de comunicación para un informe de evaluación de la sanidad española son muchas referencias. El informe en cuestión lo elabora la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, y utiliza para ello indicadores públicos que recoge y procesa el Ministerio de Sanidad, y añade algunos indicadores propios. El resultado es una especie de clasificación que ordena de mejor a peor a los servicios de salud autonómicos.
Nuestra intención no es realizar una crítica metodológica del informe, cosa que los medios que utilizan los datos para sus titulares o los expertos que enarbolan la clasificación como dogma de fe deberían haber hecho previamente. Sólo queremos centrarnos en un aspecto muy concreto: los indicadores de estructura que se han incluido en el informe.
La estructura se refiere a los medios materiales que tiene un determinado servicio de salud, y el típico indicador que se elabora es el de "x recursos por cada millón de habitantes". Sin embargo, pese a ser unos indicadores que se recogen por parte del Ministerio desde la época Insalud, nunca han sido indicadores válidos para comparar lo bien que lo hace un servicio de salud respecto de otros. Lógicamente, si se mide un servicio de salud por su estructura, esto es, por lo que tiene, apenas sabremos nada de su calidad y de su funcionamiento.Un primer ejemplo es el indicador "Camas por 1000 habitantes: numero de camas por CCAA" que aparece en el informe. El incremento de la cirugía ambulatoria, de la hospitalización a domicilio, de las tareas paliativas, la aparición de la cardiología invasiva, la mejora de los flujos de pacientes, la derivación a centros de larga estancia de los pacientes con patología crónica, etc han provocado que las camas no sean el factor clave en un servicio de salud. Además, se trata de un indicador que solo ofrece una muestra de la estructura hospitalaria, dejando de lado a los centros de salud y también al funcionamiento real de los servicios sanitarios.Por ello, no se trata de un indicador que permita comparar un servicio de salud con otro. De hecho, ¿el de mayor ratio significa que ofrece un servicio de mayor calidad o que tiene camas de sobra? Pero como estamos obsesionados por el tamaño, tener más camas se asocia con mejor sanidad (o al menos así lo ven los políticos y una parte de la sociedad).El segundo indicador de estructura empleado en el informe es "Tomografía axial computerizada (TAC): numero de equipos por millón de habitantes". Aquí la cuestión es más clara: ¿usamos bien el TAC? Tener mas equipos solo implica que se harán más pruebas, sin saber si son necesarias o no. Un buen servicio de salud es aquel que hace las pruebas necesarias en el momento conveniente, no el que más equipos tenga. Por ello, tampoco se trata de un indicador adecuado para el objetivo del informe. Sobre la típica pregunta ¿Más es mejor? y sobre variabilidad podéis leer estos enlaces o consultar esta imprescindible web.Y un detalle final para acabar. Uno de los últimos indicadores del informe penaliza la existencia de "Privatización de los servicios sanitarios: presencia de formulas de gestión privada (fundaciones, empresas públicas, consorcios, etc), concesiones administrativas, entidades de base asociativa o iniciativas de financiación privada". Con la duda de si las empresas públicas y los consorcios entre administraciones públicas implica privatizar un servicio, la pregunta es otra: ¿es realmente negativa para la asistencia sanitaria la entidad de base asociativa? ¿Y la concesión administrativa?Existen algunos medios que han comentado las limitaciones de ciertos indicadores del informe. Además, hay que tener en cuenta que existen pocos estudios sobre los servicios de salud, y los que hay no son muy bien recibidos y no han tenido tanto impacto mediático. Con más transparencia en los datos, será más sencillo saber quien lo hace bien (un buen ejemplo es Euskadi). De momento, tenemos claro que el debate siempre enriquece cualquier tema, por lo que os invitamos a dejar vuestros comentarios.Conflicto de intereses: seguro que alguno lo piensa o incluso lo comenta, así que nos anticipamos. El autor del blog trabaja en un área sanitaria del servicio de salud que ha quedado en último lugar de la clasificación (Valencia). Sin embargo, este hecho no implica ningún tipo de subjetividad en las apreciaciones incluidas en la presente entrada del blog.