El mejor trabajo del mundo

Publicado el 04 julio 2013 por Bodasdecuento

Para mí lo es. Este, el de wedding planner. Soy consciente que desde afuera solo se ve lo bonito de este trabajo. Lo bonito que es ayudar a los novios en su boda, estar todo el día entre diseños, flores y cupcakes, lo bonitas que quedan las fotos de las decoraciones, lo divertido que es que te inviten a presentaciones y eventos y bla, bla, bla… Eso solo es una visión imparcial e irreal.

Pocos piensan que detrás de todo esto hay un trabajo DURÍSIMO, así, en mayúsculas, una responsabilidad ENORME, también en mayúsculas y una capacidad de sacrificio personal y de AMOR ABSOLUTO y ENTREGA por tu trabajo que no todo el mundo que decide ser wedding planner es capaz de sobrellevar. Para nosotros, que tuvimos claro nuestro objetivo desde que decidimos embarcarnos en esto y convertirnos en emprendedores (leáse: locos-de-la-vida-que-decís-de-organizar-bodas-con-la-que-está-cayendo) hace 4 años, siempre ha merecido la pena. Todo. Lo que hemos perdido en el camino por dedicarnos por completo a este trabajo, lo que hemos dejado de disfrutar de nuestra parcela personal o familiar, lo que hemos sufrido… porque sacar adelante una empresa no es ni fácil ni gratuito. Lo cierto es que para nosotros, en nuestro balance, lo bueno pesa más que lo negativo. Pero sabed, queridas, que detrás de las luces hay muchas sombras, que se ve lo cuqui pero casi nadie quiere ver lo malo o lo difícil. Y creedme, ambas facetas tienen que coexistir, hay que saber lo que cuestan las cosas para valorarlas. Para mí ningún éxito sin esfuerzo ni trabajo es real.

Pero este post lo he escrito para enseñaros algo bonito. Aunque la balanza compensa, hay días malos. O días poco buenos. Y para cuando las cosas se ponen difíciles, para cuando lloro por agotamiento o por otras cosas (soy un poco llorona, bueno no mucho, pero algunas veces lloro; es mi forma de desahogarme y que la paz vuelva a su lugar: llorar o disfrutar del mar, que también me da paz. Pero como vivo en los Monegros, me toca llorar más veces que poder sentarme en la playa, qué le voy a hacer si nací en el Mediterráneo pero vivo lejos de él. Sorry mi adorado Joan Manel por inspirarme cutremente en tu canción), decía que para esos momentos de bajoncete tengo un antídoto, tengo un pequeño tesoro que con solo verlo una vez más vuelvo a sonreír.

Este es mi pequeño tesoro, es un regalo que nos hicieron los chicos de Bodas de Cine y que hasta ahora no habíamos hecho público. El año pasado, justo en Julio, unas horas antes de que Blanca y Joaquin dijesen “Sí, Quiero”, Alberto les preguntó porqué nos habían elegido como sus wedding planners. Si veis el video entenderéis todo el rollamen que os he soltado antes… A la 15ª vez de verlo creo que ya dejé de llorar. Ahora lo veo y ya no lloro como una pava, pero se me sigue colgando una sonrisa de oreja a oreja porque me doy cuenta de que tengo (igual que Marina y Jose) el mejor trabajo del mundo.Gracias Blanca, gracias Jokin; no sabéis cuánto significa este video para mi. Sois AMOR DEL BUENO.

Y gracias, Alberto, por regalarme este tesorito de 1 minuto.

PD: La foto de la portada del post es de Neima Pidal, de la #cuentiboda de Blanca y Joaquin.