En el MDT se dedica una especial importancia al posicionamiento, movimientos y posturas del paciente. Estos tres factores según McKenzie son responsables, no sólo por la aparición y formación de las patologías, sino también son las más apropiadas herramientas terapéuticas para poder solucionar una gran mayoría de los desórdenes de origen mecánico de la columna vertebral.
El método consta de un minucioso procedimiento, exhaustivo interrogatorio y evaluación clínica, que permite a un terapeuta experimentado, clasificar la patología detectada y desarrollar un individualizado programa del tratamiento. Este proceso finaliza con la aplicación de un amplio programa educativo con el énfasis especial hacia la prevención.