Todos tenemos miedos, miedos que afectan tu día a día, muchas veces sin que te des cuenta. La llamada que no hiciste por falta de tiempo miedo al rechazo. La invitación que aceptaste porque no tenías otro planes por miedo a la confrontación. El proyecto que no terminas, porque aún faltan algunos detalles para que no puedan criticarte. Las cosas que guardas por si las necesitas para no admitir que has cambiado.
El miedo es el motivador más poderoso que existe. Te inspira con su promesa de que al hacerle caso nada cambiará y te ahorras todo tipo de emociones negativas. A nivel intelectual sabes que el cambio puede ser para mejor, pero el miedo consigue que te quedes anclada en el pasado - para evitar posibles resultados negativos (y de paso también los positivos).
"Ignóralo" no es una estrategia
Es posible que tus miedos no sean reales - a nivel teórico. Tu vida no está en peligro por hacer esta llamada y declinar una invitación no supone un riesgo para tu salud física. Aún así, la tentación de posponer la acción o de aguantar la situación es tentadora. Dicen que el tiempo lo cura todo, a lo mejor también hará desaparecer los miedos. ¿O no? Con la edad mejorará, ¿no?
Relacionado: El metodo avestruzPues no. Por mucho que ignoras el miedo, no desaparecerá. Se quedará ahí, siempre listo para atacar nuevamente. Tampoco lo puedes expulsar. Es una criatura necia que no responde bien a las confrontaciones. Se vuelve violento y te ataca con su mejor arma: tu propia imaginación y tus recuerdos de los momentos más humillantes de tu vida. Así defiende su territorio y se asegura que te quedas quietecita con el status quo.
Menos mal que siempre hay una tercera opción: ignorar el miedo no sirve, expulsarlo no se puede. Tu alternativa es conquistarlo y convertirlo en tu aliado para que te indique tus oportunidades de crecimiento.
Pasos para conquistar el miedo
La mejor forma de conquistar el miedo es acercarte poco a poco a la situación que no te gusta para conocer este miedo especifico como si de un cachorro se tratara. Cada uno es individual, y cada uno requiere entrenamiento para no convertir la convivencia en un infierno.
Sin prisa, pero sin pausa
Empieza con pequeños pasos. Haz una llamada hoy, y la próxima mañana. Reserva una noche solo para ti en la agenda, para poder defender esta cita contigo misma. Comparte tu proyecto con un grupo reducido de personas primero, antes del lanzamiento a lo grande. Organiza tu armario en vez de enfrentarte a toda la casa de golpe. No se trata de ser perfecta, sino de romper con la paralisis.
Investiga las raíces
Busca la fuente de tus miedos. ¿Por qué tienes estos miedos? Se basa en alguna vivencia del pasado? ¿Has visto a otra persona fracasar con este tema? ¿Temes la reacción de alguna persona en particular? Mejor que entiendas tus "motivos", más fácil será desmantelar el miedo.
Acepta las consecuencias
¿Qué es lo peor que puede pasar? No morirás. Nadie te está apuntando con un arma. Quizás alguien cuelga el teléfono en tu cara. O te dice que no le gusta el color de tu pagina web. O te dejará de invitar a sus fiestas. Algo me dice que es posible vivir con esto...
Busca apoyo (y no te quejes)
Puedes alistar la ayuda de tu pareja o de tu mejor amiga. Puedes buscar una coach para que te apoye. Puedes hacer un plan detallado y trabajar con una comunidad para seguir este plan. ¡Ojo! Se trata de apoyarse, no de lamentarse mutuamente.
Poco a poco aprenderás a convivir con este miedo, de crecer y superarte a pesar de ello. Dejarás de tenerle miedo al miedo, dejarás de tener miedo al fracaso.
Porque seamos sinceros: si no fracasas nunca, no estás viviendo todo tu potencial.