No soy precisamente un seguidor del cine musical; a mí eso de las "volteretas" y gente cantando en la situación más improbable, no me satisface en demasía; sin embargo, con Rene Clair - y aclarando que es la segunda película que veo del francés- me resulta fascinante e interesante la propuesta del director, que en su naciente muestra de sonoridad, puesta en escena en plena transición técnica y encantador juego musical y de enredos bajo la dinámica utilización de expresivos y continuos movimientos de cámara, no deja de lado la radiografía de la sociedad francesa de la época, y reflejo de las ideas, gustos , optimismo y conocimientos de Rene Clair.Hacer una descripción narrativa de la película, tomaría unos pocos párrafos, sin embargo, y más allá de ser un relato cómico de enredos y algún que otro "gag" cercano al "slapstick", "Le Million", es una muestra del cambiante ejercicio cinematográfico de la época, de la creatividad y principalmente de la recursividad fílmica (técnica y artísticamente) que abre camino a nuevos planteamientos del lenguaje cinematográfico.
Rene Clair a mano izquierda
Las actuaciones, con rasgos característicos del cine mudo se entremezclan con las nacientes palabras y diálogos que el propio Clair escribe, tomado de la obra de Marcel Guillermaud, obra satírica y comedia de situación, que se traduce en imágenes en blanco y negro fotografiadas por George Perinal y George Raulet, fotografía que acompaña de manera sutil la historia de un pobre artista aquejado por las deudas, y que al ganar la loteria, se sucederán diversas situaciones y enredos en favor de la comedia, principalmente en favor de mostrar la alegría de la vida.Obra de gran influencia para el cine norteamericano, tanto comedia como el musical; y un paso primordial en la cinematografía francesa, no sólo por sus cualidades sino por su propia estructura de referencia y apegado someramente al movimiento cinematográfico francés (el realismo poético).
No se puede olvidar la escena con la que inicia este filme (firma de autor de Clair) donde la cámara hace un recorrido por los techos de París, el parís de Rene Clair; y en un tímido plano secuencia nos muestra esa sociedad que está en la historia sino que la historia es contada a partir de ese plano.
Zoom in: El cine francés, como reconoce el crítico norteamericano David L. Cook, constituía durante la década de los 30 la industria fílmica de mayor resonancia mundial después de la yanqui y lo fue desde un punto de vista distinto que aquella, ya que, como ya se dijo más arriba, se puso el acento en el aspecto cultural.*
Montaje Paralelo: Bajo los techo de París (1930)