Recientemente -por cierto- he empezado incluso un proyecto para parejas, que os recomendaría seguir de cerca si tenéis tiempo y ocasión. Pronto volveré a dar guerra, con mucho más y mucho mejor… Pero para ir abriendo el apetito, vamos a regresar a este terreno y faceta de la vida por el que tanto me preguntáis.
Veréis… Todos estáis acostumbrados a un concepto de la amistad… Ciertamente inconveniente. Vamos a revisar esto de la infame “friendzone” desde la perspectiva natural; y con ayuda de un poquito de Alquimia lo transformaremos en algo beneficioso, si os apetece.
Pasad y continuamos.
Para comenzar, debemos tomar un punto de partida. Que sea una definición:
“En la cultura popular, el término “friendzone” se refiere a una relación platónica donde una persona desea entrar en una relación sexual o romántica, mientras que la otra no quiere. Por lo general, se considera una situación incómoda para quien no corresponde el interés; así como que una vez establecida esta situación, es casi imposible avanzar de ese punto.” (Wikipedia)
Con lo cual tenemos los aspectos básicos, que vamos a desglosar:
- Relación platónica, de deseo romántico y/o sexual.
- El deseo no es correspondido por la persona pretendida.
- Situación potencialmente incómoda para la persona pretendida.
- Dificultad para una transición a mayor intimidad.
Entonces, sin contar con la presencia de todos estos factores, no podríamos considerar que una persona esté realmente en la infame friendzone. Para empezar, tiene que ser considerado única y realmente como un amigo… Y tiempo atrás comenté algo al respecto.
Ese desenlace no se consigue “poniendo la polla sobre la mesa y siendo rechazado”; sino que se consigue con la confianza y la intimidad que muchos persiguen tener… Pero en un sentido distinto al que les gustaría recibirlas.
Aparte de esta, tenemos una definición audiovisual (préstale cinco minutos):
Tuve ocasión de comentar tiempo atrás algo sobre sacar un clavo con otro clavo, y lo fácil que resulta cargarse la tabla en esas ocasiones… Así que os pediré que no atendáis mucho a ese consejo de Germán.
Por otra parte, el asunto con ser adorable o no serlo es otra cuestión. No está mal tener detalles de este tipo, siempre que te nazcan realmente y no se pase uno de empalagoso. Como suele decirse, lo poco agrada y lo mucho enfada… Si bien, tanto pica lo mucho como lo poco. En resumen: como condimento, no como base del plato.
Ahora vamos a practicar la transmutación del concepto de friendzone… Y vamos a hacerlo a través de las propias intenciones. Si lo que queremos es:
- Conocer mejor a la otra persona.
- Tener mayor complicidad y confianza.
- Poder pasar más tiempo con esa persona.
- Compartir tiempo y experiencias placenteras.
- Llegar a desarrollar una conexión estrecha…
¿No resulta obvio que estamos definiendo una AMISTAD con nuestras intenciones? La única diferencia está en el matiz que pone el interés en esta pintura. Por dejarlo todavía más claro: si tienes las intenciones anteriores, y además te interesa una relación sexual o romántica; es donde hay conflicto de intereses…
Por las siguientes razones:
- Es demasiado común asumir que los amigos no pueden tener una relación romántica o sexualmente íntima. La realidad cotidiana demuestra que es justo al contrario, pero que tampoco es común que una persona se meta contigo en la cama sin una buena razón para hacerlo. A veces, la buena razón es poco más que desahogarse y no volverte a ver; pero en otras, es mucho más que eso… La amistad es, ni más ni menos, la mejor y más cómoda excusa para poder conocerse mejor y descubrir hasta qué punto uno es de confianza; hasta qué punto es un interés real y no un capricho. Lo interesante aquí es saber que se puede lograr esa intimidad, pero que no hay que forzar nada para que ocurra.
- Es demasiado común intentar convencer a la otra persona de que acepte tu interés… En vez de limitarte a demostrarlo y dejar que sea consciente; que tenga la ocasión de sentirlo y de descubrir y decidir por su parte cómo se siente al respecto de tus sentimientos, de tus intereses, y de ti en general… Además de sobre su relación contigo. Y con ello, lo que se consigue es que se sienta igual que cuando de pequeño te obligaban a comer algo que no te gusta… Algo que, si no me equivoco, no nos interesa a nadie.
- Es demasiado común jugar a marear o al despiste, ocultando sentimientos e intenciones. Haciendo pensar a la otra persona que sí hay interes, pero aparentando que no, lo único que se hace es resultar incongruente. Es parecido al hecho de ganar un millón y gastar cinco… La cuenta siempre queda en negativo. Imaginate ahora si lo que haces es guardar bien ese millón e invertirlo sabiamente; para acabar por generarte cinco millones más. ¿Te sale mejor la cuenta, verdad? El caso sigue siendo similar al de los afectos: si tú ganas amistad pero la gastas en vano (o casi mejor dicho, la de(s)precias) intentando alcanzar mayores grados de intimidad; te encontrarás con que no tienes un valor de cambio real… Y además de eso, con que puedes entrar en una bancarrota severa.
Ahora bien, estoy seguro de que, llegados a este momento de la lectura… Estarás deseando que alguien te ofrezca una solución a estas situaciones que describo. Para asegurarme de que recibes una buena solución, te cuento la que yo aplicaría a cada caso:
- Aceptar la amistad como una fuerza transformadora y una ocasión para conocerse mejor. Dejar de desprec
iarla, dejar de rechazarla; y comenzar a aprovecharla… Nuestras amistades son las que nos hacen crecer y facilitan que sea para bien. Hay que abrazar la amistad como lo que representa: una parte nuestra, tan importante como las otras.
- Dejaría claras las cosas desde un primer momento, tanto para uno mismo como para la otra parte. Esto significa que seas honesto y directo, pero no que abandones el tacto y las buenas maneras. No quiero descubrir que han metido a alguien a la cárcel por ir diciendo por ahí a todas las mujeres que veía que “quería tocarles el chocho”, siguiendo mis consejos. Es más, la responsabilidad por el uso que hagáis de ellos, es toda vuestra.
- Unido al consejo anterior, dejaría las cosas fluir. Si ya sabe que me interesa, y además se está fraguando una amistad entre nosotros… Si el tiempo y las ganas se prestan a ello (en el caso de las ganas, por ambas partes), acabará por pasar. Es impepinable. Y de hecho, puede pasar aunque la otra persona te diga en la cara en primeras ocasiones que en la puta vida se acostaría contigo. PUEDE. Condicional, no imperativo. Es una posibilidad, no una promesa…
Y como tal, espero que no vayas por ahí pensando que te puedes acostar con todo quisque; porque no es el caso. Ahora bien, eso no significa que tampoco pienses que nada es posible entre las personas que te gustan y tú mismo. Si el sentimiento es real y mutuo…
Todo puede pasar.
Entonces, es cuando nos remitimos a mi definición favorita sobre la seducción:
“Seducción es el arte de no joder la atracción que ya existe.” (Hans Comyn)
Con todo esto dicho, sed felices. ¡Y tened amig@s!
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Kheldar