“El muñeco de nieve” de Tomas Alfredson (2017)

Publicado el 23 octubre 2017 por Miguel Angel Requejo Alfageme @MiguelARAlfagem

Uno puede admitir que la capacidad de ir más allá en el mundo creativo a veces es un callejón sin salida en el que uno se encuentra una y otra vez repitiendo los mismos temas, bajo los mismos puntos de visa y en una palabra, con una inexistente originalidad. Se puede aceptar. Y a pesar de ello hacer una obra correcta. Hoy en día hay muchos pintores impresionistas aceptables, hay muchos músicos que componen muy honrosamente como se hacía hace cuatro siglos y hay directores de cine que hacen películas correctas que no dejan de dar la impresión de haberlas visto ya.No es el caso de este film.No lo es porque en él falla lo que en un thriller es básico: El guión. Se nota que debajo de él hay un escritor y un argumento, pero sólo se nota. Hay varios momentos de la proyección que no sabes muy bien como hemos llegado allí y a qué se dedican ciertos personajes. Algunas veces la acción avanza a trompicones y hay escenas que aparecen brochazos. No hay armonía argumental ni ilación en muchos momentos. Así el personaje que Michael Fassbender parece en algunos momentos que se ha escapado de otra película. Por no hablar de su jefe, que aparece dos o tres veces y parece un cromo en una acuarela o viceversa. El equipo de policías que le acompañan, más etéreos que una neblina matutina.Una pena que las potentes imágenes con las que empieza la película fueran un espejismo, a pesar de los impactantes escenarios que siempre se construyen en las producciones cinematográficas nórdicas.Abjuro muchas veces del cine americano, sobre todo por el poco esfuerzo que hacen a veces por disimular que están por el negocio en vez de por el arte y desaprovechar toda la sabiduría cinematográfica que albergan, pero con esta historia hubieran hecho algo más digerible y le hubiesen sacado más entraña a unos actores, una historia y unos escenarios que daban para bastante más. Lo hacen constantemente en ese montón de series que últimamente diluvia sobre nosotros. Cualquier episodio de cualquier temporada de Fargo, sirve de perfectísimo ejemplo.Una producción cinematográfica desaprovechada.