Agustín Pérez Rubio conoce Buenos Aires desde hace casi 20 años, cuando asistía a arteBA con el stand de la Comunidad Valenciana de donde es oriundo. Miles de días después de promover el arte de su tierra, llega ahora -como fue anunciado por todo lo alto, como dirían en España- a la dirección artística del Museo de Arte Latinoamericano de Bs As aka MALBA, a cubrir un puesto que no existía y que sólo fue ostentado por muy poco tiempo por el mexicano Agustín Arteaga cuando el museo inauguró.
Pérez Rubio asumió este viernes 1o.de agosto y quizá como clave de la gestión que acaba de iniciar y que recién verá sus frutos a partir de 2015 -2014 ya esta armada por la gestión anterior- se puede ver lo que ocurrió el día en que se hizo público su cargo, allá por mayo. El mismo día el MALBA recibía la donación de una obra de Cildo de Meireles hecha por el mismo artista y su galería paulista, Luisa Strina. Se trata nada más y nada menos que de Inserción en circuitos ideológico-Proyecto coca cola.
“Insistí mucho para que el MALBA tuviese en su colección una obra de Cildo de Meireles, a quien considero uno de los grandes artistas contemporáneos de America Latina”, nos dijo Pérez Rubio en una charla informal sentados cerca de UTurn en la Rural en el pabellón de arteBA 2014, cuando vino a curar el espacio sponsorizado por Mercedes Benz y ya desde ahí también empezó a marcar la tendencia que seguramente será el signo de su gestión. Una curaduría que se basa en los vínculos: en el caso de Uturn se interesó por enlazar memoria, presente y futuro bajo los conceptos de genealogía y relaciones no sólo basadas en el imaginario de los artistas convocacados sino también en sus afectos. Es interesante y novedosa, al menos para lo que será su gestión en el MALBA, esta idea de los vínculos. Pérez Rubio no viene solo a curar muestras de arte, llega para darlo vuelta todo -en el mejor sentido- y aplicar su concepto de vinculación a las artes visuales con el cine, con la literatura y con todo lo que él mismo llamó ese día de nuestra conversación la “familia Malba”.
Perez Rubio fue elegido por Eduardo Constantini luego de una gira por más de 10 curadores, la elección se basó en su experiencia de gestión en el MUSAC y en sus importantes curadurías por todo el mundo, que dan el perfil internacional que buscaba la institución: una persona que se haga cargo del museo integralmente, que sea capaz de llevar por él gestiones en el exterior y que tenga una visión abarcadora de cada compartimento del museo. Rubio aceptó el cargo imponiendo sus condiciones: poder trabajar con la estructura total del museo y tener el derecho -y el deber, agregamos aquí- de poder modificarla.
Así esperamos que la colección sea narrada de otro modo y que, como comentó, si viene a una muestra Sophie Calle, a la vez de haga un ciclo de Paul Auster -quien le compró la idea de sacar fotos en una esquina de Brooklyn cada día a la misma hora para una de sus novelas- y que a la vez el espacio de cine puede dar, entendemos, un ciclo que incluya la película de Ang Lee donde se aprecian las escena tomadas de la cabeza de Sophie Calle. Esto explicado un poco linealmente.
Se respira ilusión ante esta nueva gestión en Buenos Aires luego de un largo tiempo de acefalía en el museo al que vamos todos. Desde jaque le deseamos a PRubio mucha suerte y le pedimos creatividad, imaginación, coraje y seriedad en el trabajo que le queda por delante por tiempo indefinido, porque así es su contrato. “A brillar, mi amor”.