Más de 13 años después de que las torres originales del World Trade Center fueron destruidas en los ataques terroristas islámicos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, un nuevo centro de oficinas abrió sus puertas en el terreno donde se erguían las Torres Gemelas.
El nuevo complejo incluye cinco torres, el Memorial y Museo, un centro de transportes público, unos 550.000 metros cuadrados de espacio para tiendas y un centro de arte.La construcción del rascacielos, se inició en el año 2006 y su finalización se retrasó en varias ocasiones, con lo que el costo de las obras se disparó hasta los US$3.900 millones.
El One WTC ya se ha convertido en un punto de referencia de la Gran Manzana, con sus líneas simples, su espigada aguja y sus ventanales de vidrios espejados que brillan con el sol hasta enceguecer. El edificio administrado por The Durst Organization es propiedad de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, una agencia gubernamental. Sus primeros inquilinos, empleados del grupo editorial Condé Nast, la editorial que publica revistas como New Yorker y Vanity Fair comenzaron a entrar desde temprano por la puerta del edificio sobre Vessey Street, a unos metros del Memorial y Museo erigidos también donde se levantaban las Torres Gemelas derrumbadas en los ataques que dejaron unos 3.000 muertos.Además de Condé Nast, entre los locatarios se encuentran China Center New York LLC, Legends Hospitality Group, empresas como Kid Creative y el grupo inversor BMB Group tienen previsto trasladarse al rascacielos. También estará la Administración de Servicios Generales de Estados Unidos, una agencia independiente del gobierno para controlar y apoyar el funcionamiento de organismos federales.La apertura del One World Trade Center junto con la inauguración el pasado mayo del museo del 11-S supone un paso fundamental en la reconstrucción del área destruida en los atentados del año 2001.
F.J.de C.Madrid, 4 de noviembre de 2.014