¿Está el bien de los pueblos en soportar, a pesar de todo, un poder arbitrario y unas malas leyes, bajo el pretexto de que el orden es el principal de todos los bienes?
¿Qué entienden ustedes por orden?. ¿Es esta calma aparente, esta tranquilidad exterior, esta ausencia de reclamaciones, de lamentos, con cuya ayuda se ejercen impunemente los abusos, las exacciones?. Este orden se ha obtenido momentáneamente bajo los gobiernos más despóticos y los más arbitrarios. Para conseguir este brillante resultado, basta simplemente con disponer de una fuerza suiciente, dominar la sociedad.
Este orden en cuestión, ofrece al pueblo, como compensación a su servidumbre, la facultad de sufrir con seguridad, ser explotado, incluso morir en la miseria sin que a nadie turbe su paz social. ¡He aquí ciertamente una gran ventaja!.Maria Deraismes “Francia y Progreso”. 1873.