El origen de las taradas

Por Saval

El hecho de haber esperado tanto para escribir la entrada de hoy (trabajo) ha traído algo bueno. Lydia ha comentado en el post que escribió mi amigo ayer. Y os recomiendo echarle un vistazo (los comentarios están bajo del todo). Es bueno saber que aún quedan mujeres que entienden a las mujeres. Así que he decidido aparcar el tema de hoy para el jueves (“lo bonito de las parejas”) y seguir con Lydia, The observer y sus diferentes reflexiones.

Si algo caracteriza al ser humano es la no asunción de las cosas que hace mal. De esta manera es sorprendente y agradable que Lydia (que no se llama Lydia pero sí es una mujer) sea capaz de reconocer aquellas cosas que se destacan en el post de ayer. Y es que el post de ayer es real, con un toque cómico pero real. Hace gracia y reír hoy en día es difícil así que mi amigo cumplió su función.

Pero en la habitual discusión entre golfos y taradas me he puesto a pensar si va antes el huevo o la gallina. He decidido transcribir el orden de los hitos que, creo, explican la creación y el auge actual de ambos bandos.

  • En el inicio de los tiempos el  líder de la manada era un tipo caracterizado por la fuerza física (golfo) que tenia a su disposición a diferentes mujeres (sumisas).
  • Sobreviven y transmiten sus genes los golfos. Suponiendo que haya una cuestión genética en todo esto.
  • Lo que sí hay, evidentemente, en una adaptación social. El hombre entiende que para tener éxito debe parecerse al macho dominante, así que se “golforiza”. ¿Existe algún término?
  • El modelo sumisa creo que duró hasta la aparición de la televisión, incluso de la televisión en color diría yo. Pero un día una mujer (no sé quién ni dónde) dice, con toda la razón del mundo, que de tragar ni hablar. Salvo que quiera tragar. Esa mujer que lidera el levantamiento es la primera tarada.
  • Si tú quieres combatir algo, debes asemejarte a ello para poder ganar (copiar modelo y mejorarlo)…o hacer justo todo lo contrario (encontrar los puntos débiles y hacer daño ahí). La tarada escoge la segunda opción. Atacar la “seguridad” del golfo de que puede tener a la que quiera y que siempre va a ser lo que él diga.
  • El golfo, inevitablemente, se siente atraído por la rebelde. Porque siempre atraen los retos.
  • Las mujeres encuentran una buena forma de atraer a los golfos al activar el botón de la “taradez”. Y a jugar.
  • Los ciclos siempre, siempre, siempre rebotan. Así que llegará un día en que todo petará y surgirá un nuevo modelo. Pero no es hoy, ni mañana. Así que…elige bien. Estén dónde estés.

Ah, SUERTE.

Nos gustan locas dice ella.