La abundancia de oxígeno en la Vía Láctea, el Sol, la Tierra, el ser humano. Crédito de la imagen: Anthony Baillard, caosyciencia.com.
Justamente, el campo en el que César es especialista es el estudio de las abundancias químicas de elementos como oxígeno, nitrógeno, hierro o azufre en nebulosas y galaxias con mucha formación estelar, aunque también le apasionan los temas de exobiología. Estos conocimientos se reflejan de sobra en su artículo, donde dice:
La cantidad o abundancia de oxígeno se puede medir en multitud de objetos astronómicos: meteoritos, estrellas de distintos tipos (desde enanas a gigantes, incluyendo el Sol) y nebulosas. Las medidas a lo largo de los discos de las galaxias espirales (como la nuestra) indican la existencia de un gradiente radial de abundancias: la cantidad de oxígeno (y en general de todos los elementos pesados) crece hacia al centro de las galaxias. Esta variación se origina por diferencias evolutivas entre las distintas zonas como, por ejemplo, diferentes ritmos de formación estelar, la acción de flujos de gas, etcétera. Un objetivo sobre el que trabajan varios grupos de investigación es el estudio de la denominada relación masa-metalicidad (la dependencia de la abundancia promedio de oxígeno en función de la masa de las galaxias) y cómo varía a lo largo de la historia del Universo. Los datos indican una evolución clara: según la edad del Universo aumenta las galaxias de una misma masa tienen mayores abundancias, la proporción de elementos pesados en el Universo crece con el tiempo.
Si no has tenido oportunidad de leer su artículo, es muy recomendable.
Artículo completo: Sin él no seríamos nada: el oxígeno y la vida.