El Paraíso, 1588 - 1592, de Tintoretto

Por Lparmino @lparmino

El Paraíso, c.1588, Tintoretto
Museo Thyssen - Bornemisza. Madrid / NºINV 403 (1980.47) 

Tintoretto presentó hasta dos versiones para concursar en uno de los mayores proyectos artísticos de la Venecia de finales del siglo XVI. Un incendio había afectado gravemente al Palacio de la Señoría, centro neurálgico del poder civil de la ciudad, dañando muchas de sus ricas decoraciones. En el complejo palaciego, la Sala del Consejo, de unas proporciones colosales, era la estancia principal del Palacio. En ella se reunían todos los miembros del órgano de gobierno de la República, los principales de las familias mercaderes venecianas que decidían sobre cuestiones legislativas. El incendio de 1577 afectó a la sala gótica construida a principios del siglo XIV y al gran fresco de Guariento de Arpo de 1350 que representaba el Triunfo de la Virgen y que coronaba la tribuna que presidía el Dux o máxima autoridad de la ciudad, cargo electo y vitalicio. La pérdida representaba la oportunidad de renovar la decoración pictórica de este espacio. Para ello, se convocó un concurso entre los pintores de la ciudad.

El Paraíso, c.1565, Tintoretto
Museo del Louvre, París - Fuente

Las primeras figuras de la pintura veneciana del momento participaron en el concurso aportando sus bocetos para decorar la Tribuna de la Sala del Gran Consejo. Entre ellos, Jacopo Palma el Joven, Veronés, Francesco Bassano y el propio Tintoretto, que presentó un lienzo con el tema del Paraíso y la Coronación de la Virgen que, en la actualidad, se conserva en el Museo del Louvre de París. El concurso fue adjudicado a Veronés. Para una empresa de tal magnitud, un lienzo de unas proporciones desorbitadas con siete metros de alto y veintidós de ancho, contó con la participación de Bassano. Sin embargo, el primero murió sin poder hacerse cargo de la obra y el segundo se vio incapaz de afrontarla solo. La circunstancia favoreció a Tintoretto que presentaría un segundo boceto. Se trataba, de nuevo, del Paraíso, aunque reformado respecto a su primer proyecto. Este boceto es el conservado en el madrileño Museo Thyssen Bornesmiza. La complejidad de la labor y la edad del pintor provocaron una amplia participación del taller y de sus hijos. De hecho, Tintoretto moriría en 1594, poco después de la conclusión de la obra gracias a la mano de su hijo Domenico.
La cantidad de modelos que incluye el proyecto nos indica la enorme dificultad del lienzo: hasta unas quinientas figuras en una escena de gran complejidad donde la composición, aparentemente caótica y desordenada, sigue un esquema circular en torno a un acontecimiento central: Jesucristo coronando a la Virgen. En torno a esta escena se suceden y arremolinan la multitud de personajes en sucesivos círculos concéntricos que parecen querer tender hacia el sagrado suceso que culmina todo el lienzo en su parte central superior sobre un fondo de intensa luminosidad divina.

El Paraíso, 1588 - 1592, Tintoretto
Palacio Ducal de Venecia - Fuente


El Paraíso representa una obra de madurez del pintor veneciano. Desde la luminosidad de Tiziano, Tintoretto ha sabido asimilar el nuevo lenguaje manierista que empieza a difundirse en la Roma de finales del siglo XVI, con formas musculadas y compactas que se retuercen en furiosos gestos, posturas inestables y forzados escorzos. Tintorreto fue capaz de combinar todas esas formas y anatomías con la luminosidad y el color tan característicos del arte pictórico veneciano. Esa luz tan singular que servía para definir y simbolizar a la perfección la divinidad de acuerdo a los preceptos neoplatónicos tan de boga en la Italia del Renacimiento.En torno a este grandioso lienzo, se programó una compleja exposición itinerante en el año 2006 en la que participaron el Museo del Louvre de París y el Thyssen de Madrid, instituciones que custodian los dos bocetos, y los Musei Civici de Venecia. Como indicaba Fernando Checa en un artículo del 22 de junio de 2006 publicado en El Cultural, la muestra servía para, en cierto modo, desmitificar las grandes figuras de la pintura italiana del Renacimiento, al relatar de forma minuciosa y ampliamente documentada todo el proceso que llevaba desde la convocatoria del concurso pictórico a la elaboración y consecución final del lienzo, con numerosos estudios previos que escenifican el proceso creativo como un acto altamente meditado. Desde hoy, 10 de julio de 2012, y hasta el próximo 2 de septiembre, el Museo Thyssen Bornemisza presentará el proyecto de restauración en directo de la obra, en colaboración con el Bank of America Merrill Lynch, dando la posibilidad al público de adentrarse en el mundo interior del trabajo museístico y en los procesos de restauración de una obra tan compleja y tan significativa dentro del panorama artístico europeo.Luis Pérez Armiño