Un equipo del Consorcio de Ivestigación Neurogenética de Estados Unidos ha descubierto nuevas evidencias de que la enfermedad de Parkinson puede tener un origen infeccioso o autoinmune, como son variaciones en los genes de la región HLA, que contiene un gran número de genes relacionados con la función del sistema inmunológico en los seres humanos.
Según han explicado los autores, esta región resulta esencial para el reconocimiento de los invasores extranjeros en los tejidos del cuerpo. Del mismo modo, las moléculas HLA reconocen el tejido del propio cuerpo como propio y así evitar las reacciones inmunes contra ellas.
Sin embargo, el sistema no siempre funciona perfectamente, de hecho existen genes HLA que varían de una persona a otra, que se pueden asociar con un mayor riesgo o de protección contra las enfermedades infecciosas, mientras que otras variantes pueden inducir enfermedades autoinmunes en las que el sistema inmune ataca los propios tejidos del cuerpo.
Por ejemplo, la esclerosis múltiple, una enfermedad neurológica causada por autoinmunidad, también se asocia con el HLA-DR, una variante genética que los investigadores han asociado ahora con la enfermedad de Parkinson.
El equipo ha estudiado en más de 2.000 pacientes con enfermedad de Parkinson y 2.000 voluntarios sanos de centros hospitalarios de Oregon, Washington, Nueva York y Georgia, la evaluación de los factores clínicos, genéticos y ambientales que puedan contribuir al desarrollo y progresión del Parkinson y sus complicaciones. Algunos de los sujetos del estudio fueron seguidos durante casi dos décadas.
"Desde hace años se viene dando una sospecha de que la función inmune podría estar ligada a la enfermedad de Parkinson", ha indicado uno de los directores del estudio, el doctor Ciro Zabetian, profesor asociado de neurología en la Universidad de Washington.
--EL IBUPROFENO PUEDE REDUCIR EL RIESGO DE DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD
El doctor ha explicado que las personas que toman medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (AINE, como ibuprofeno) tienen un riesgo reducido de desarrollar la enfermedad de Parkinson, que también apoya un mecanismo inmune-relacionados. Aunque ha señalado que el efecto protector de los AINE no es el mismo para todos, probablemente debido a diferencias genéticas, y además ha recordado que los AINE pueden tener efectos secundarios.
Ahora que se conoce la conexión entre la enfermedad de Parkinson y la inflamación, especialmente en el contexto de la composición genética variable, es posible conducir a medicamentos más selectivos para el tratamiento del Parkinson.
Zabetian ha afirmado que estos resultados también se han referido a otros genes que podrían desempeñar un papel en el desarrollo de esta enfermedad, pero estos hallazgos necesitan todavía ser confirmados, así que continuarán trabajando en esta línea.